"Es una falta de responsabilidad no salvar a unos inmigrantes que van a la deriva en mitad del mar. Nosotros rescatamos a 51 personas, pasamos 9 días amarrados,pero volveríamos a hacerlo". Con estas declaraciones, Bautista Molina, el segundo patrón del pesquero de Santa Pola "Francisco y Catalina", aludía a los hechos ocurridos ante la polémica suscitada con las fuerzas de la OTAN, acusada de haber hecho caso omiso de 61 inmigrantes frente a las costas de Libia, y no haber hecho nada para rescatarlos.

La embarcación santapolera protagonizó en 2006 una heroica labor repleta de solidaridad, que le ha llevado a pasar a la historia y a ser recordada estos días con mayor intensidad después del trágico suceso. Era un 10 de julio cuando, a 16 millas de la costa de Malta, los marineros del "Francisco y Catalina" divisaron a 51 inmigrantes subsaharianos a bordo de una patera que iba a la deriva. "Los vimos y no dudamos en ayudarles. Era una lástima dejarlos allí en medio, les dimos comida y estuvimos a su lado a la espera de que alguna patrulla fuera a recogerlos, pero nadie lo hizo", recuerda Bautista Molina.

Con ello, los tripulantes santapoleros hicieron gala de una auténtica acción solidaria y subieron a los náufragos a cubierta, a expensas de que el gobierno de Malta diera luz verde a la entrada de los inmigrantes. "Nosotros eramos unos simples pescadores y los rescatamos y la OTAN, con una responsabilidad muy superior a nosotros, no ha hecho nada", opina Molina.

Aquel mes de julio de 2006, la odisea del "Francisco y Catalina" se prolongó en el tiempo hasta que se alcanzó una solución. "Al subirlos al barco pensámos que enseguida podríamos volver a trabajar, pero tuvimos que soportar el calor y una situación llena de incertidumbre que se volvía más tensa cuando pasaban los días y el problema se enquistaba a expensas de una solución que tenía que venir por vía diplomática", comenta el segundo patrón de la embarcación de Santa Pola.

Ahora, lejos quedan aquellos sufridos días, en los que la cubierta de la embarcación de la villa marinera se convirtió en un hogar para 51 inmigrantes, pero, sobre todo, en una oportunidad para unas personas que pudieron seguir con vida.

"Si volviera a pasar, volveríamos a rescatarlos, de hecho, después de 2006 nos hemos encontrado con más pateras y hemos prestado nuestra ayuda", apunta Bautista Molina.

Una opinión compartida por el patrón del "Madre Teresa", Juan Bautista López. Su pesquero, también de Santa Pola, vivió de cerca el rescate de inmigrantes hace cuatro años. "La OTAN tiene una autoridad que unos simples pescadores no tienen y podrían haber solucionado el rescate en un día, no como los barcos privados que han tenido que estar a la espera de que se les autorice la entrada a puerto para desembarcar a los náufragos", apunta López.

El "Francisco y Catalina" fue el primero que protagonizó una acción humanitaria de estas características. Posteriormente, le siguió el "Nuestra Madre de Loreto" y el "Corisco", ambos en 2007 y, un año después, el "Clot de L'Illot".