En febrero de 1963, la discográfica Columbia encarga a uno de sus publicistas, Bill James, que acompañe al fotógrafo Don Hunstein para una sesión de fotos con Bob Dylan. Por entonces, Dylan es un habitual de los bares "folk" del Village de Nueva York, donde se gana la vida cantando y tocando la armónica como acompañante.

Dos años antes (septiembre de 1961), el crítico Robert Shelton ha descrito a Dylan en el New York Times como "el resultado de cruzar un beatnik con un monaguillo" (la fotografía que ilustra el artículo muestra a Dylan en su momento monaguillo), y ha afirmado que "rebosa talento". Los elogios de Shelton le proporcionan a Dylan el contrato con Columbia.

Su primer álbum aparece en marzo de 1962. Se venden 5.000 discos. Ni beatnik ni monaguillo: el músico desciende a la categoría de "capricho" del productor John Hammond, el único directivo de Columbia que aún cree en sus posibilidades cuando James y Hunstein llegan al apartamento de West Fourth Street que Dylan comparte con Suze Rotolo.

Hija de inmigrantes italianos, Rotolo es una red-diaper (literalmente, "pañales rojos", expresión despectiva reservada para los hijos de familias próximas al Partido Comunista) de 18 años, y pasa por una de las bellezas del Village. Su relación con Dylan (aficionado a llorar en público) ha conocido altibajos; pero en ese momento están enamorados. Dylan y Rotolo se muestran algo inseguros: en el diminuto apartamento hace frío, y de la pizzería que hay en los bajos del edificio sube un olor de comida rancia. Hunstein comienza a preparar su equipo mientras James distrae a Rotolo mostrándole el funcionamiento de una cámara Hasselblad. La sesión comienza con Dylan sentado en un sillón e interpretando algo con su guitarra. James sugiere una foto de la pareja; Rotolo se sienta en el brazo del sillón y ambos se miran con arrobo. A la vista de las fotografías, resulta fácil comprender por qué Hunstein propone continuar en la calle, pese a que ha nevado hace poco y el frío es intenso.

Una de las fotografías que Hunstein toma en la calle es la elegida para la portada de The freewheelin' Bob Dylan, su segundo álbum: Rotolo apoya la cabeza en el hombro de un Dylan aterido de frío (por una cuestión de imagen, Hunstein le ha obligado a salir con la misma chaqueta ligera que vestía en el apartamento). Aunque Rotolo (vestida con un suéter, sobre el que ha añadido otro de Dylan, y envuelta en un abrigo) dirá siempre que se ve "como un saco de patatas", la imagen se convertirá en símbolo de una época e inspirará "a un gran número de jóvenes, que se encogerán de hombros con apariencia distante mientras se dejan querer por la chica" (Janet Maslin).

La pareja entrará en crisis ese mismo año 1963 tras el festival de Newport, donde Dylan coincide con Joan Baez. Los rumores se convierten pronto en evidencias; además, Dylan y Baez llenan las salas cuando actúan juntos. La ruptura definitiva llega poco después.

Suze Rotolo murió el pasado febrero. Casada en 1967 con el montador cinematográfico Enzo Bartoccioli, trabajó como profesora e ilustradora. Mantuvo la historia de su relación con Dylan en un segundo plano hasta que en 2004 accedió a colaborar en el documental de Martin Scorsese No direction home, y poco después aceptó una oferta del editor Gerry Howard para escribir un libro con los recuerdos de su paso por el Village en los años sesenta: A Freewheelin' Time: A Memoir of Greenwich Village in the Sixties (Broadway Books, 2008, 384 p).

El libro de Rotolo no añade grandes revelaciones a lo que ya se conoce sobre la biografía de Bob Dylan; pero retrata con un estilo directo que emociona el ambiente de una época durante la cual muchas libertades actuales no pasaban de utopías. Rotolo hizo algo más que llevar a Dylan de la mano ante el Guernica de Picasso; fue la hija de los inmigrantes italianos comunistas quien le abrió los ojos a la existencia del movimiento en favor de los derechos civiles; y probablemente, quien le hizo ver que los tiempos estaban cambiando.