Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Elche, sin política cultural

No es fácil entender los motivos por los que la tercera ciudad de la Comunidad Valenciana no figura en el Observatorio de la Cultura. El asunto se complica si pensamos que Elche posee los medios suficientes para asegurar con facilidad su presencia en esta lista. No hay muchas ciudades de nuestro entorno que posean un patrimonio cultural como el suyo. Bastaría con haber colocado al Misteri en el siglo XXI para que el problema se hubiera resuelto. Pero algo tan sencillo no se ha sabido o no se ha querido hacer. Lo más grave, sin embargo, es que no parece que se tenga conciencia de estas faltas.

Acabo de escribir lo anterior, y ya veo al alcalde González Serna presumiendo la existencia de un complot contra su ciudad. Este hombre ama tanto a Elche que acabará por asfixiarla. No, no hay complot alguno sino, sencillamente, la constatación de unos hechos que cualquier persona puede ver. Elche tiene todos los elementos a su favor para ocupar una posición destacada en el Observatorio de la Cultura, algo que -dicho sea de paso- le vendría muy bien a su turismo. Lo que hace falta es saberlos activar, es decir, Elche necesita con urgencia una política cultural.

Que tras dos años y medio de gobierno la ciudad carezca de una política cultural, no habla a favor de la concejal Patricia Maciá. Me adelanto a las objeciones que algunos harán a esta afirmación para recordar que un programa de actos no es por sí mismo una política cultural. He escrito en alguna ocasión que nuestros ayuntamientos se han convertido en promotores de espectáculos, y sólo aspiran a divertir a los votantes. El caso de Elche no es una excepción. Los partidos de izquierda -creo que me equivoco al seguir dándoles este nombre- han renunciado a transformar la sociedad y se conforman con gobernar, lo que no deja de ser una aspiración bastante pobre. De ahí proceden, en mi opinión, buena parte de los males que les aquejan en la actualidad.

No pretendo decir que el objetivo de la concejalía debiera ser que el nombre de Elche figurara en el Observatorio de la Cultura. Eso es fácil de conseguir. Basta montar cualquier espectáculo vistoso que atraiga a los papanatas y aireen los medios de comunicación. No, no hablo de eso. De lo que se trata es de realizar una política que actúe sobre la ciudad y la transforme para mejorarla; una política capaz de crear un público y abrir los horizontes para la población. En resumen, una verdadera política de izquierdas. El reto no es fácil porque exige conocimientos, inteligencia y trabajar duro para llevarla a cabo.

Debo decir dos palabras finales sobre el tema de las relaciones entre Elche y Alicante. Me limitaré al campo de la cultura, que estamos tratando. Es difícil entender que ambas ciudades no hayan sido capaces hasta ahora de coordinar sus agendas y aunar esfuerzos. Es una tarea que corresponde a nuestros representantes políticos. Son ellos quienes deben decidir si están en el gobierno para defender sus intereses o para favorecer el bien común. De momento, esta inacción la estamos pagando, como siempre, los ciudadanos.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats