Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un sustancioso caldo de cultivo

¿Hay que pensar como un niño o en los niños, cuando se ilustra, o es indiferente el perfil del lector a la hora de crear?

No suelo dibujar para niños; de hecho, hace ya tiempo que no he ilustrado un álbum para niños. No es indiferente el perfil del lector, pero por respeto al mismo no hay que hacer el trabajo a la carta. En mi caso, me concentro más bien en realizar las imágenes que considero adecuadas, en imaginar cómo quedaría el libro terminado de esa forma y qué me parecería a mí como lector.

El Premio Nacional de Cómic se inicia en 2007 y contigo ya sois diez los condecorados. ¿Vamos algo retrasados en reconocer el cómic, no?

Vamos retrasados en muchas cosas. No podemos pretender reconocimientos como el que apuntas por parte de una sociedad cuyos gobiernos nunca se han tomado en serio la educación y la cultura. O las han manipulado o directamente se han olvidado de ellas. Como padre, he podido comprobar, por ejemplo, de primera mano, la atroz formación literaria y plástica que se imparte en los colegios. ¿De qué estamos hablando, entonces? ¿Qué reconocimiento pretendemos si ni siquiera gente que se supone bien formada, gente con estudios universitarios, es capaz de leer a duras penas unas cuantas páginas del best seller de moda mientras descansa en verano tumbado en la piscina?

Entre los galardonados, otro valenciano, Paco Roca. Eso hace que el porcentaje de los valencianos en el premio sea de un 20% ¿Increíble para esta comunidad que en lo cultural parece transparente, no?

No me parece tan increíble. Nuestra tierra fue siempre cantera de excelentes dibujantes y no digamos en el campo del tebeo. Recordemos que en Valencia estuvo asentada la mayor industria del tebeo de la primera mitad del siglo XX y también ahí se fraguaron importantes tendencias en el cómic de los setenta y ochenta del siglo pasado, la línea clara de Calatayud, Daniel Torres, Micharmut? Siempre ha habido tradición, movimiento y ebullición, siempre ha habido un sustancioso caldo de cultivo para que surgieran grandes profesionales del mundo gráfico.

A tus 44 años, eres uno de los tres autores más jóvenes de los laureados, que ha venido a ser como el honrar una trayectoria. ¿Te genera algún tipo de responsabilidad?

Toda la responsabilidad. Pero siempre me he tomado muy en serio mi profesión.

Es lábil la frontera entre historieta e ilustración ¿cómo la vislumbras en el proceso de trabajo?

No tengo un uniforme de ilustrador y otro de historietista. Tengo dos pasiones: el dibujo y la palabra literaria. En el campo de la ilustración y la historieta puedo confrontarlas y trabajarlas a la vez.

¿Satisfecho con lo caminado?

De ninguna manera, o no tendría ningún sentido continuar.

¿Tu siguiente proyecto?

Estoy trabajando en un tebeo que se quedó aparcado cuando me volqué en El Paraíso perdido y en un par de álbumes ilustrados. Y está a punto de aparecer un libro que he ilustrado con texto del genial Javier Sáez Castán: Dorothy.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats