De seguir las cosas del modo que han comenzado, 2014 puede convertirse en el annus horribilis Santiago Calatrava. A las imágenes del trencadís del Palau cayéndose a pedazos, y que han dado la vuelta al mundo, hay que añadir ahora el informe remitido por la Politécnica de Turín a la Justicia italiana sobre los problemas del Puente de la Constitución, en Venecia. Al sobrecoste sufrido por las obras -algo que ya resulta habitual en los proyectos del polémico arquitecto-ingeniero-, hay que sumar un acceso para minusválidos que no se construyó y las denuncias interpuestas por las treinta y ocho personas que, hasta el momento, han sufrido un percance cuando intentaban cruzar este puente veneciano.

Dama electoral

Que nos encontramos en puertas de un periodo electoral da prueba el hecho de algunos alcaldes comienzan a lanzar propuestas de impacto popular. A la idea surgida en Valencia de crear un museo dedicado a Joaquín Sorolla (una idea, por cierto, que Tomás Llorens se ha encargado de demostrar su inviabilidad, con datos en la mano) hay que añadir ahora la del traslado de la Dama de Elche, promovida por Mercedes Alonso. Como la visita de la Dama puede ayudar a sus intereses, Alonso, con esa desenvoltura que le es peculiar, parece dispuesta a «saltar los obstáculos de los directores de los museos, que son los que no quieren». Ahora, falta saber quién pagará el viaje.

Una oportunidad

Con la crisis del Liceo, a los catalanes se les presenta una magnífica oportunidad de demostrar el amor que sienten hacia sus instituciones. Desde hace siete años, el teatro ha visto reducirse drásticamente el número de funciones de ópera representadas, ha caído el número de abonados y los espectadores han descendido nada menos que un 39 por ciento. Por si esto fuera poco, la aportación de las administraciones se han reducido en casi diez millones de euros. Ante esta situación, el nuevo director general del Liceo, Roger Guasch, ha presentado un plan de viabilidad y ha dicho que el teatro debe «salir a venderse». Veremos si los catalanes está dispuestos a comprarlo.

Artista total

Damien Hirst aspira a convertirse en el artista total y, como el mundo del arte se le queda pequeño, ha decidido entrar en la arquitectura. Para hacerlo, Hirst ha elegido la puerta grande, es decir, realizar el sueño de todo arquitecto que es construir una ciudad. Hirst ha anunciado sus planes para levantar una urbe sobre 756.000 metros cuadrados en el sudoeste de Inglaterra. Hirst on the sea, que es como ya se conoce a la nueva ciudad, contará con viviendas ecológicas, oficinas, escuelas, centros de salud, y unos tres mil nuevos vecinos. Como al artista le ha gustado siempre trabajar en equipo (él pone las ideas y el equipo el trabajo), ha contratado a un arquitecto proyectista para el proyecto.