En la línea de la ilicitana Ana Fernández Bañón con la exposición Ropa tendida del alma (2010), comisariada por Begoña Martínez Deltell, o la de Micaela Flores Amaya La Chunga, Si no pinto me vuelvo loca (2011), en Parking Gallery, ¿crees que el arte puede servir como bálsamo?

El arte es la máxima expresión del alma. Es una reflexión sobre uno mismo a través de la obra. A través de lo creado podemos exteriorizar lo más íntimo y llegar a un autoconocimiento, que dé paso a una liberación, a una curación. Cuando otras formas de comunicación son imposibles, entonces el arte sirve para exteriorizar lo que se lleva dentro, es una liberación, una salvación.

¿Qué te aporta a ti el arte? ¿Por qué esa necesidad?

Cuando el silencio resulta insoportable, viene la necesidad de escribir, quiero decir de dibujar, de transmitir aquello que hay en el interior, de plasmar aquellos sentimientos más recónditos que resulta imposible retener. Entonces, me pongo delante del papel y me dejo llevar por mi mano a la que casi no puedo controlar? es cuando aflora mi mundo interior. Es un mundo sólo conocido por mí, pero tan desconocido que no sé qué es lo que hago, ni por qué lo he hecho, es decir, a veces no sé qué transmito ni qué representa. Son algunos espectadores de gran sensibilidad, quienes a posteriori, con sus comentarios me hacen reflexionar sobre mi obra en un monólogo interior. Bertolt Brecht, a través del Señor K, decía que a algunos pintores les ocurre lo mismo que a muchos filósofos cuando contemplan el mundo, se preocupan tanto por la forma que olvidan la sustancia. Si no dibujara, escribiría, para mí el arte es comunicación, expresión del mundo interior. Pero una vez hecha una exposición me envuelve el miedo y la angustia de la exigencia a la auto superación.

¿Es el dibujo la técnica en la que te sientes más a gusto?

El dibujo es lo más inmediato y directo para expresar un pensamiento. Para mí, es como escribir. Es una extensión de la escritura; los dos van unidos y son la forma en que las ideas quedan modeladas a través de grafías diferentes. El dibujo es una forma de expresión y es para mí lo que la escritura es para el escritor. Creo que he conseguido mi propia grafía, por eso me siento cómoda dibujando. Cuando escribes conoces los símbolos, es decir, la grafía que utilizas. A mí me sucede un poco parecido con el dibujo, digamos que escribo dibujando. Con el dibujo, al igual que con la palabra, puedo expresarlo todo. Dibujar es hacer líneas que comuniquen algo, es hacer cualquier impulso interior. Dibujo sobre diferentes soportes, lienzos, papeles de diferentes tipos y tamaños, revistas, cuadernos, intervengo libros. Combino el dibujo con la pintura y el collage. Siempre llevo conmigo mis cuadernos de viaje, a veces son pequeñas libretas que comparten mis andanzas y que saco en cualquier momento de tranquilidad allá dónde esté. Yo les llamo diarios, pues van contaminándose y apropiándose de todo aquello que veo, acontece, siento y me conmueve.

¿No lo consideras mercenario de la pintura?

Muchos artistas y pensadores creen que el dibujo es la expresión más primitiva, básica, intuitiva del ser humano. Es una pulsión innata en todas las personas. Ya en el Paleolítico el hombre sale de la barbarie hacia la cultura a través de dibujo y la pintura. Antes de la existencia de la escritura, posiblemente ya expresaban, mediante el dibujo y el grabado en piedras, una gran parte de sus pensamientos, vivencias, y creencias. En todas las culturas se dibuja, ya que toda cultura tiene su propia grafía de signos o símbolos. El dibujo es el trazo que sale directamente de lo más recóndito del ser, de la emoción, por tanto su espontaneidad es única e inimitable. Es una forma de explicar ideas, un medio de comunicación: ¿quién no ha hecho, alguna vez, un dibujo para explicarse? Dibujar es pensar, equivale a hablar, a la palabra.

En ese automatisme o automatismo de tu trazo, ¿te sientes identificada con esta técnica ya defendida por los surrealistas?

Según el surrealismo, un automatismo puro es cuando se intenta expresar verbalmente, escrito o de cualquier otra manera el funcionamiento real del pensamiento, en ausencia de todo control de la razón, sin preocupación estética o moral. Mi mano es surrealista, espontánea, traza un dibujo automático, dónde mis pensamientos se materializan en formas figurativas, casi no puedo dominar aquello que mi mano transcribe directamente de mi cerebro. Mis dibujos son la expresión de mis sentimientos más íntimos, surgen inconscientemente de mi cerebro de una manera automática, sin que el pensamiento racionalice ni pueda desviar su esencia. Vuelco en ellos mis emociones. El subconsciente juega un papel muy importante. Me sucede algo parecido como en el psicoanálisis, donde surgen palabras, frases, ideas que se transforman en discursos inesperados, pero verdaderos.

La mujer, lo femenino, plural y singular, es un referente importante en tus trabajos, en línea con lo que se ha venido en denominar arte de género, ¿te sientes incorporada plenamente y representada por esta directriz?

Desde el principio de mi carrera artística, me interesó el tema de la mujer. Comencé haciendo esculturas de mujeres en yeso, barro, hierro, bronce? Tengo otros trabajos (escultura-pintura) que representan claramente esta línea de arte de género, en el que la mujer busca el sitio que le corresponde en la sociedad. En mis últimas exposiciones presento y represento mujeres que no son el estereotipo de la mujer que dicta la sociedad de consumo. Son individualistas, piensan, están lejos del mundo de la moda y lejos del mundo en el que sólo la belleza, la juventud y el dinero son importantes para tener éxito. Mis mujeres son auténticas y quieren ser aceptadas tal y como son. A menudo desnudan parte de su cuerpo y de su alma para transmitir mejor sus emociones. Son mujeres que sienten, y viven.

Lo autobiográfico, lo vivencial, tu propia experiencia, no se puede separar de tu obra. ¿Es muy difícil la asepsia o el distanciamiento en la práctica artística?

Si se hace un trabajo autobiográfico es muy difícil separar la obra de la propia experiencia. Ahora bien, no todo tiene que ser siempre tan claro, hay muchas maneras de expresar las emociones y las vivencias. Es bueno saber ver las cosas desde la distancia y la razón.