El arquitecto Juan Antonio Coderch, del que se cumple el centenario de su nacimiento, fue uno de los renovadores de la arquitectura española allá por los años cincuenta y sesenta del pasado siglo. Estimó que podía construir su casa con sus medios económicos a los 15 años de ejercicio profesional. Solo pudo pagar los cimientos.

Quizás algo similar debió ocurrir al arquitecto Enrique Sánchez Sedeño quién, procedente de Madrid, durante varias décadas desarrolló su quehacer profesional en Alicante. Entre los años 1892 y 1913 conocemos de su quehacer en la ciudad y alguna muestra en otras poblaciones cercanas. Durante más de veinte años desempeñó su profesión como Arquitecto Provincial. Alegando motivos de salud, a comienzos del año 1913 solicitó la jubilación a dicha institución. Ocasionalmente informó también para el Ayuntamiento de Alicante y desde 1909 también con el Obispado oriolano.

Aunque su tarea más descollante la ejerció para sus clientes privados, algunos fueron destacados miembros relevantes de la sociedad alicantina. Empresarios, hacendados, industriales, etc. se encuentran entre aquellos para quienes proyectó edificios de notable singularidad en la estructura urbana que se fue consolidando durante aquellos años del incipiente siglo.

Sánchez Sedeño proyectó edificios de notable importancia arquitectónica, dentro de unos parámetros vinculados con el modernismo, manifestación por la que sintió notable interés profesional, pues asistió al Congreso Internacional de Arquitectura, celebrado en Madrid durante el mes de abril del año 1904, en el cual, entre otras cuestiones, fueron analizados aspectos relacionados con aquella manifestación. De esta manera, destacan distintos inmuebles situados en la calle de San Fernando, son los números 44, 45 y en particular el 60 es el de mayor singularidad. También cabe destacar aquellos situados en la calle Castaños, recayente a Gerona o el emplazado en la plaza de Abad Penalva. Igualmente hemos de mencionar los edificios en Manero Mollá nº 5, Gabriel Miró 14 y Rambla nº 7, este último con la innovación técnica del primer ascensor eléctrico en la ciudad.

Tras este dilatado periodo en su quehacer profesional, durante el mes de abril del año 1912 el arquitecto realizó el proyecto para su propia casa familiar. Bajo el título Plano de la Casa que D. Enrique Sánchez Sedeño proyecta edificar en el terreno de su propiedad, con la aclaración de estar situado en la Partida de los Ángeles, carretera de San Vicente. Del proyecto se conservaba el dibujo de la planta y el alzado de la fachada principal. Se trataba de un edificio exento en una parcela de forma y situación ignorada. La planta ofrece contorno irregular, la distribución se articulaba a través del pasillo, con varios dormitorios que hace pesar en una familia compuesta por muchos miembros. Por su parte el despacho queda próximo al acceso, aunque muy independiente, en cuanto espacio destinado al cabeza de familia. Por otro lado, la fachada evidencia una construcción de dos plantas, con las cubiertas inclinadas a distintas direcciones que, junto a los entrantes y salientes de los volúmenes elementales, introducen cierto dinamismo, a lo que contribuyen los arcos de formas polilobuladas en algunos huecos, así como el protagonismo que el autor prestó a la escalera exterior.

La partida de Los Ángeles, distante del centro urbano, se convirtió en un lugar apetecible para la construcción de viviendas aisladas, de residencias permanentes o destinadas al ocio o recreo que, durante aquellos años, comenzaron a denominarse chalet. En cuanto a la casa de nuestro arquitecto no se han encontrado datos que confirme su realización material. Quizás, como le ocurrió a Coderh, tras una dilatada vida profesional, Sánchez Sedeño no pudo culminar su aspiración de verla construida. Es cierto que tras su jubilación su presencia en la ciudad queda difuminada.