Circula por ahí mucho artista dedicado a las redes sociales: que si performances en bucle subidas a Vine, que si retratos dibujados mediante mensajes de Twitter, que si el cuadro más grande del mundo realizado por usuarios de Facebook... Lo suelen llamar social media art pero, en mi opinión, los aventajados de esta corriente no se distraen en estas pinceladas sin fuste. Tampoco suelen confundir el arte con los premios Guiness. Más bien se alejan de las megalomanías y de esta obviedad de la red social como «ventana al mundo», en pos de un discurso desde dentro; manipulando sus mecanismos, tan deliberadamente como estas plataformas trastocan nuestros datos personales.

Esta es una lista de artistas más reducida, pero también con más ganas de bronca (las acuarelas retratando a usuarios de la webcam, al Pinterest). No queda otra cuando el ego riñe entre la lucidez y las ganas de notoriedad. Tal es el caso de Paolo Cirio, un abanderado del social media art, capaz de aparecer en la CNN, la Fox, el Canal Plus, la Vogue, Libération y una abundante cantidad de medios más, mientras se cuelga las distinciones del reconocido Prix Ars Electronica (Linz).

Su pieza Face to Facebook, en colaboración con Alessandro Ludovico, fue su premeditado trampolín. En el 2011, Cirio y su socio se apropiaron sin permiso de un millón de perfiles de Facebook y los colgaron, de la noche a la mañana, en una web de citas creada ex professo para el proyecto. Lovely Face (cara preciosa) la llamaron. Para emparejar estos perfiles, usaron el mismo software de reconocimiento facial que utiliza Facebook al etiquetarnos, enlazando las fotografías por parejas según las características de su expresión. Algo así como «cejijunto, sonrisa maja y con pecas» junto a otro rostro de rasgos equivalentes en femenino (en efecto, no pasaron de lo hetero). Al verse envueltos en esta nueva plataforma, algunos usuarios aprovecharon la coyuntura y se lanzaron al amor, dejando boquiabiertos y enfurecidos a muchos otros que, despistados de la vida, no entendían el origen de estos mensajes? Alguien había reubicado su vida privada sin consulta previa. Pero ese era el plan: ¿cuántos consideramos seriamente el riesgo de dejar nuestros datos en poder de las redes sociales? ¿Acaso olvidamos tan pronto que tratamos con empresas interesadas en la compra-venta de información? Reflexiones aparte: once propuestas de pleito, cinco amenazas de muerte y una ristra de amarga correspondencia con los abogados de Facebook para alegría de Cirio y su socio.

En el 2012, y ya pillado el tranquillo, el artista presentó Persecuting US (http://persecuting.us). Un proyecto que le ha llevado a apropiarse (esta vez legalmente) de las declaraciones políticas que cada americano dejó colgadas en su página de Twitter durante el periodo electoral. Como resultado de la pieza, podemos consultar en la web dos enormes listas de demócratas y republicanos que se confrontan según el número de declaraciones partidistas de cada uno. A ver a quién le hierve más la sangre: a la izquierda Billie Raven, ciudadana de Los Angeles, puntuada con un «75% demócrata», enfrentada a su equivalente en la fila republicana Tom Balek, de Montana (75% también). Para echar más leña al fuego, Cirio ha colocado un botón al lado de cada figurante que envía automáticamente un mensaje de amenaza a su cuenta de Twitter. También, por si a alguno se le escapa, para señalar cuán vulnerables somos ante un vecino tarado o ante una empresa privada interesada en nuestros datos.

De ese mismo año es también Street Ghosts, una intervención urbana por las paredes de Nueva York, Barcelona o Amsterdam en la que Cirio colocó, a tamaño natural, impresiones en papel de personas extraídas de Google Street View. «Fantasmas» pixelados, tan planos y congelados como las figuras emborronadas (Google no quiere vulnerar derechos de identidad) que vemos cuando consultamos las calles a través de esta aplicación. Cirio, complica hoy en su línea, y le toca el turno a las empresas «sobre papel» que pueden adquirirse online para favorecer la evasión de impuestos en las Islas Caimán: Loophole for All (2013), www.paolocirio.net.