¿Se define como pintor? ¿Qué significado tiene para usted la pintura?

¡Ya me gustaría! Más bien diría que "intento" ser pintor, que lo intento cada día; peleo conmigo mismo y libro una pequeña batalla cada vez que me enfrento a un nuevo reto. Me cuestiono, me exijo, y no deja de crearme cierto estrés y adicción al mismo tiempo, y entre estas dos sensaciones voy sobreviviendo. Para mí la pintura tiene el significado de sentir, apreciar, investigar, encontrarÉ en definitiva podría definirlo como "en busca del arca personal".

Una primera parte de su obra tiene claros referentes autobiográficos ¿sentía la necesidad de compartir su propia experiencia? ¿Funcionó como una especie de terapia?

Así es. Fue algo que no pensé, ocurrió como por necesidad y creo que ha sido una de las experiencias pictóricas que me han producido mayor satisfacción, con anécdotas familiares muy entrañables. En cuanto a los retratos de "mi gente", te puedo contar que cada vez que terminaba una obra hacíamos un "alboroque" en el que se presentaba al resto de la familia. Recuerdo que cuando terminé el retrato de mi madre, Retrato en verde, mi padre se levantó de la silla, se acercó al cuadro y lo acarició y besó repitiendo continuamente su nombre. Consiguió que todos nos emocionáramos, fue como un reconocimiento a su persona que todos compartimos. No sólo funcionó como terapia, sino también como experiencia y como reto, del cual puedo decir que el beneficio personal fue brutal.

Otro eje fundamental de su trabajo creo que es la denuncia, la crítica ¿cree que la pintura es una buena herramienta de reflexión?

Pienso que en la pintura, al igual que en los anillos de los árboles, se puede leer el paso del tiempo y sus épocas, tanto si han sido de bonanza o, por el contrario de escasez. En estos tiempos que nos están haciendo vivir sería imperdonable no aprovechar cualquier medio a nuestro alcance para denunciar y criticar todo aquello que no nos parece justo. El medio a mi alcance es la pintura y creo que puede ser una buena herramienta de reflexión que transmite con facilidad y mucha fuerza.

¿Cuándo decidió que iba a dedicarse al arte?

Contestando a esta pregunta, yo la plantearía de la siguiente manera: no soy yo quien toma la decisión de dedicarse al arte, sino cuándo decidirá el arte aceptarme como artista.

Háblanos un poco de sus inicios en el mundo de la pintura.

Desde muy joven, comencé con dibujos a lápiz, donde siempre he mostrado un interés especial a la figura humana y al retrato. A finales de los noventa comencé a utilizar pigmentos y digamos que fue el principio de mi odisea particular. El artista Víctor Cámara se interesó por mi obra y me animó a trabajar en el estudio de Federico Chico en Orihuela donde estuve un tiempo.

Después de esta etapa he continuado en solitario explorando diferentes estilos: pasé al abstracto-figurativo influenciado por autores post-impresionistas, para volver a mis inicios con el estudio del retrato y el paisaje hiperrealista.

¿Qué le decide a abandonar su trabajo habitual para enfocarse exclusivamente a su carrera artística?

Más bien me abandonó él a mí. Quedé sin trabajo tras desaparecer la empresa en la que trabajaba, como tantas otras en este país.

Entonces estaba trabajando en la exposición Lo próximo y pensé que por las circunstancias se me brindaba una oportunidad que tenía que aprovechar.

Explíquenos sus dos nuevas series y su proceso creativo.

Trabajo con imágenes que elijo por la sensación que me transmiten en un instante visual, compositivo y colorista. Me gusta obtenerlas, por ejemplo, de la televisión, donde congelo y conservo las imágenes seleccionadas que posteriormente manipulo y fragmento para emplearlas como hilo trasmisor.

En las dos últimas series: Ghost Residence y Cultural Decadence he querido mostrar la cruda realidad de los efectos que nos ha ocasionado la burbuja inmobiliaria en nuestro país. En la primera empleé la imagen de un edificio ruinoso para representar el desolador panorama de nuestras ciudades tras los espoleos hechos por saqueadores empujados por la crisis, y en la segunda, utilizo estanterías llenas de libros estáticos que me sirvieron como base para la denuncia de la degradación cultural que sufrimos como consecuencia de la crisis económica y los recortes presupuestarios derivados de ella.

¿Qué artistas considera que le han influido? ¿A quién admira? ¿Qué creadores le inspiran?

Está claro que en los comienzos de una actividad artística las influencias pueden ser innumerables, ya que toda la información que nos llega puede ser válida, pero si es cierto que conforme se va madurando vamos clasificando y escogiendo nuestras tendencias. Al principio me interesó Picasso, Cezanne, Klint, Egon Seal ó Modigliani. También he admirado siempre el cambio que produjo el movimiento Bauhaus en todos los órdenes del arte, me pareció increíble el nivel de las obras que nos dejó y el cambio que supuso a principios de siglo. Me parece que fue una época de libertad absoluta. Picasso, Kandinsky, Pollock, me interesan y me crean admiración por el hecho de romper rotundamente con los cánones artísticos de su época.

¿Qué pretende transmitir con sus obras?

Mis inquietudes, mis ideas, mis diálogos internos. Miradas, formas, colores, luz. Provocación, conmoción, satisfacción. En definitiva compartir-me.

¿Se puede vivir únicamente de la actividad artística?

Creo que solo unos pocos afortunados pueden vivir de la práctica artística, en cambio son muchos los que viven del arte, paradójicamente.

Sé que para usted es importante, ¿qué música oye cuando trabaja?

El binomio música-pintura para mí es imprescindible, es como mi grito de guerra. Me acompaña a lo largo del día y si el trabajo me está produciendo satisfacciones el volumen también recibe su recompensa, ambos gozamos. Hay momentos en los que no la escucho y es cuando consigo meterme de lleno en la obra que estoy trabajando, y no me he dado cuenta de que el CD acabó. Me gustan muchos estilos diferentes. Suelo escuchar jazz, soul, pop, fusión. Habituales son Van Morrison, Keb Mo, Amy Winehouse, Joe Sample, Jamie Cullum.