En el Renacimiento, los artistas son los primeros en analizar las obras de los diferentes autores, donde hallan sus motivaciones, ya sean por aceptación o rechazo. Es su propio conocimiento de la técnica, su reflexión sobre la idealidad de una imagen, de la composición del espacio, del concepto del dibujo, de la bondad de un material artístico,É, lo que lo capacita para abordar una interpretación personal de los temas y convenciones.

El artista siempre se ha debatido entre seguir las normativas o imponer sus conclusiones, que normalmente contravienen estas normativas de la Academia. A medida que nos acercamos a nuestro presente, el creador ha tenido mayores posibilidades de ir innovando desde la intuición, desde la interpretación de su propio conocimiento, incorporando nuevas reflexiones sobre el espacio, el color, la forma, etc.

Con el Impresionismo el concepto de la visión de la realidad cambia, lo que condiciona la manera de abordar la ejecución de la obra. Se construye esta realidad mediante pequeñas pinceladas, donde la influencia de la luz y el color modela las formas, el paisaje. Este concepto diferenciaba a los impresionistas de los pintores paisajistas anteriores. El pincel y la mano se liberan y se produce una gran trasgresión de la convención académica, creándose un dibujo a impulsos en el que la elaboración de un lenguaje propio es el principal objetivo. Esto influyó en desarrollos posteriores, el expresionismo alemán, el cubismo de Picasso, las vanguardias. Nuevas maneras de ver la realidad, influidas por el pensamiento científico y filosófico.

El XX es un siglo de experiencias en las que el concepto va cambiando, hasta que en los sesenta se produce un fenómeno más filosófico que plástico, en cuanto que los creadores, por encima del soporte priorizan la elaboración del concepto, de la idea. En EE UU, Robert Rauschenberg y Jasper Johns transformaron la pintura con objetos cotidianos, cuestionando así su situación privilegiada. Ya en 1917, Marcel Duchamp con su Fuente rebate la naturaleza del arte, dejando claro que cualquier cosa, con una buena idea como soporte, puede ser arte. Lo que realmente importa es lo que nos quiere dar a entender.

La relación entre arte y diseño, idea y soporte, ha propiciado que, en la actualidad, las Escuelas de Bellas Artes exijan al artista el desarrollo teórico de los principios que rigen su trabajo y la justificación conceptual de su proceso creativo. La creación artística incluye toda una memoria escrita en la que se va a desarrollar a priori todo el proceso de la obra. Tal como si fuera un proyecto arquitectónico o el diseño de un producto industrial. Se documenta todo el proceso para ver de dónde se parte, sus diferentes fases, hasta el producto o acción final. Beuys documenta fotográficamente su acción artística, porque es lo más importante, lo que genera significados y plantea preguntas.

El arte conceptual es el resultado del pensamiento filosófico y social. Después de la Segunda Guerra Mundial, se busca no repetir el modelo anterior. Ahora es importante el análisis de la realidad a través de la razón, como la única manera de libertad (Descartes). No se puede discutir un pensamiento desde la ignorancia del entendimiento, es necesario tener una información a nivel del creador, del que hace. Figura reivindicada en la crítica literaria por T.S. Eliot. No se trata de subjetivismo inculto sino de la máxima información para poder elegir.

En la actualidad, el artista se debate entre la reflexión teórica y la experimentación plástica. Para unos lo importante es la idea, pero otros sólo pueden llegar a sus conclusiones a través de la experimentación, del conocimiento formal y material, en la medida en que siente una identificación desde la inmediatez, sin la distancia que impone el razonamiento previo. Pero, hoy, la intuición es un concepto considerado antiguo porque filosóficamente se basa en lo subjetivo, en la idea del genio. ¿Pero qué es la intuición sino el mecanismo mental por el cual se busca dentro de un registro memorístico, del conocimiento asimilado, la solución a un problema? Proceso que depende de la formación, de la necesidad expresiva, de la introspección.

Solo el consenso posterior, el análisis, determinará la validez de la obra. Y aunque la academia rechace cualquier proceso que no se ajuste a una metodología, el éxito o fracaso de un proyecto no depende de establecer pautas normativas para construir cualquier tipo de obra, desde una taza a una ópera. Nadie podía apostar a priori que Las Demoiselles de Avignon y, cuarenta años después, el Guernica, iban a ser las obras fundamentales del siglo XX. ¿Por qué una obra de arte concentra el interés universal? Solamente la sabiduría y la intuición del artista para comprender una imagen de la realidad pueden provocar la admiración de la mayoría y el consenso de los expertos.