El poeta Antonio Moreno probó Facebook quince minutos y tuvo bastante, mientras que el escritor Carles Cortés lo usa casi más que el correo electrónico y Vicente Verdú lo utiliza para mostrar sus obras. Otros optan por sacar el máximo provecho de sus blogs o páginas webs y Twitter sigue siendo un familiar lejano para la mayoría de autores, a no ser que tengan representantes, como Artur Balder, que lo gestionen. Es difícil sustraerse del magnetismo que ejercen las nuevas tecnologías y la literatura no es ajena a esta atracción y a las posibilidades que ofrece en la comunicación con los lectores, la información sobre otros autores o las ventanas que se abren para la promoción de sus obras.

El escritor Luis Leante, profesor de instituto en Alicante y Premio Alfaguara en 2007 con Mira si yo te querré, recuerda que se abrió un blog un año después del galardón "como una especie de experimento que no sabía donde conduciría y por la respuesta que tuvo -tiene casi 50.000 visitas- lo mantuve, se establecía un vínculo directo con gente que no conocía. Luego me metí en Tuenti, Twitter, Facebook, Linkedin... y conforme entré al poco tiempo me fui borrando de todos, excepto de Facebook, que lo tengo limitado a las amistades y a los talleres de escritura que hago".

En cuestión de un año, Leante pasó de la euforia y el entusiasmo a encontrarle cada vez menos sentido a las redes sociales: "Entiendo que son muy útiles pero terminan por cansar. Y pensaba que iba a haber un vacío al dejarlas, pero no, ha sido una liberación. Al principio se establece una relación interesante con gente interesada en lo que estás haciendo pero luego puede llegar a ser pesada, o te encuentras un chiste en tu muro o la foto de una tía en bolas. Twitter es a lo que menos sentido le vi porque radiabas tu vida y la mayor parte de lo que haces no merece la pena contarlo", apunta.

Visitar otros blogs de escritores o de literatura es otro de los usos que hacen de Internet escritores como Mariano Sánchez Soler o la precoz Ana Pomares, que con 20 años y seis libros, y pese a ser la más joven del grupo, utiliza poco las redes sociales.

"El blog lo empecé hace seis años porque me empujó mi hermana para que la gente viera lo que estaba haciendo; yo lo utilizo más como agenda, para avisar de algún acto que hago", explica Pomares, que añade que también habla por Facebook con José Luis Ferris o Luis Leante pero no tiene Twitter, aunque sí sigue a gente que le gusta, como Iván Ferreiro o Anni B Sweet. "Para seguimiento de los demás me parece interesante pero contarlo yo me daría más pereza. No tengo mucho tiempo y si estuviese en Twitter sé que me engancharía y no pararía", señala la joven.

Mariano Sánchez Soler, Premio de Narrativa Francisco García Pavón 2009, tiene a unas trescientas personas que siguen su Facebook, que considera "una red increíble que uso para estar en contacto con colegas y para intercambiar asuntos". Entre sus amigos se encuentran "muchos alumnos y aficionados a la novela negra que siguen las cosas que hacemos" y ahí tiene adheridos varios blogs que le interesan sobre el género, como el de Claudio Cerdán o Francisco Ortiz -"ese sí le mete horas, es un fabricante de información increíble", apunta-, y también sigue a Carlos Aguilar, Jesús Ferrero o Fernando Marías. ¿Y tener blog propio? "No tengo tiempo, eso lleva mucha dedicación y tampoco me entusiasma. Yo entré en Facebook como quien no quiere la cosa y lo uso para ver lo que hacen otros, seguir a autores que me interesan, intercambiar información y mantenerme actualizado. Entro a diario por la noche, hago un repaso, pero no soy un adicto", concluye.

El que sí tiene web y la usa desde hace siete años es el escritor alcoyano Carles Cortés. La reformó hace tres años y es interactiva, "me permite recibir comentarios, contestar, y tengo un blog personal con un cuaderno de lecturas y comentarios de otros libros", explica. Pero también tiene cuenta de Twitter, con poco uso, y perfil en Facebook desde hace cuatro años, "que uso mucho, sobre todo por temas literarios, para informar de actos míos y de otros autores. Lo bueno que tiene Facebook es que contestas cuando quieres y también te encuentras sorpresas, es reconfortante ver que alguien ha leído tu novela en Australia".

El contacto con autores y lectores, reconoce Cortés, "lo tengo más por Facebook que por e-mail, las webs se están quedando anticuadas y es más fácil por las redes sociales, cuyo uso es más intenso en los últimos años" y añade que también hay autores que abusan de estas herramientas "y las usan como anuncio constante. A mí, hay gente que me gusta por su literatura pero detesto su perfil en la red".

El contacto entre la gente define a la condición humana "y es más precoz que el sexo mismo", reflexiona el escritor y periodista ilicitano Vicente Verdú, que considera que las redes sociales "son muy representativas de la época en la que vivimos y hablar con la gente es lo que más ayuda a ser feliz. El consumo más sabroso es el consumo del otro y eso son las redes sociales".

Vicente Verdú escribe en un blog semanal de la Fundación Santillana, no visita otros -"bastante tengo con lo mío", indica-, tiene página en Facebook "porque pinto desde hace unos años y me gusta enseñarlo" y no usa Twitter "porque eso de contar siempre en 140 caracteres me resulta antipático". En el fondo, un escritor, asegura, "está más solo que la una, ni redes sociales ni nada",pero reconoce que presta atención a los comentarios que los internautas realizan sobre sus artículos y obras porque "sientes la curiosidad de ver cómo te entienden".

Antonio Moreno, último Premio de Poesía de la Crítica Valenciana, admite que Internet es para muchos poetas una plataforma de intercambio y una forma de estar presente en la red, pero no para él: "Yo me incorporé al uso del ordenador porque no tenía más remedio pero sigo pegado al papel. No hago uso de las redes sociales porque supondría un trabajo añadido y soy perezoso. Alguien me invitó a participar en Facebook y duré un cuarto de hora, lo que tardé en asomarme y ver lo que era. Hay gente que tiene talento para esa escritura voladera e inmediata, pero a mi me gusta la lentitud". Sin embargo, reconoce los méritos de la red y dice bucear en muchos blogs de literatura, "y hay animales literarios que lo ven como un campo de expresión muy natural. Yo creo que lo mejor que puede decir un escritor ya lo dice en sus libros". No conoce Twitter y, aunque por su extensión podría adecuarse a la poesía, cree que "encajaría mejor con el haiku, la versión moderna del soneto".

Tanto Twitter como Facebook son herramientas de uso cotidiano en el caso de Artur Balder, autor del best seller La piedra del monarca, que delega en sus representantes por falta de tiempo. "Creo que es importante que esta estructura exista pero si me dedicase a ello en serio, dejaría de escribir porque no puedo hacer tantas cosas a la vez. Mi Facebook creció desproporcionadamente y dejé su gestión en manos de mis agentes". Para Balder, la pieza más importante es la web, que él tiene desde 2003 con información actualizada de su obra y en las webs específicas de sus libros, "no creo en la idea del autor que tiene que mimar a sus seguidores para que le compren el libro".

Tanto Gerardo Muñoz como José Luis Ferris utilizan poco las redes sociales, el primero "porque no me llama la atención, aunque la gente me anima y a lo mejor dentro de un año me vuelve loco" y el segundo "por falta de tiempo, aunque me fascinan", indican. En ambos casos, fueron sus hijos quienes les abrieron página web (Muñoz) y Facebook (Ferris). Muñoz afirma que "el contacto con los lectores lo tengo con el correo electrónico de la web pero no voy más allá", mientras que Ferris, que sigue recibiendo cartas a mano de lectores, las combina con mensajes en el muro pero está convencido de que "llegará un día en que las redes sociales serán el único medio".