Manel es uno de los impactos a gran escala que la música nacional ha recibido con sorpresa en lo que va de año. Es de los tres competidores al trono de fenómeno/negocio musical (los mismos Manel, Sergio Dalma, y Pablo Alborán formarían este triunvirato) el primero en poder alardear de presentar una propuesta compositivamente seria. Si les dijéramos que para mas inri cantan en catalán, no se lo creerían. Manel son un grupo de Barcelona que publicó su primer trabajo en 2008. En aquel momento la acusticidad independiente triunfaba en los medios especializados y ellos encajaron a la perfección en los círculos de crítica más respetados. Poco tardaron en llamarles "banda independiente de culto". Una instrumentación muy limpia y florida, unas letras que tocaban de lleno las aventuras cotidianas de la primera madurez (¿es posible que esta sea la edad de muchos de los críticos que los encumbraron?) y el uso del catalán con normalidad, como sin darle importancia, fueron las llaves que les permitieron abrir determinadas puertas. Puertas fundamentales para que hoy estemos hablando de ellos.

Hay un grupo que viene de las Baleares y lleva tiempo recogiendo un éxito moderado: Antònia Font. El nombre es el de la primera integrante de su club de fans. Ensayan en un pequeño garaje de su isla y tienen arrojo. Valentía para lanzar la música que tienen pegada a los huesos con la máxima calidad posible. Han alcanzado con los años una telaraña instrumental voladora, han conseguido darle el tono de lo ingenuo. La música que respiran es arriesgada. Sobre una base pop vibran ritmos eufóricos, timbres poco usuales, como las frutas coloridas adornan el árbol. Las formas de su escritura recuerdan a las de unos DeLaFé y LasFloresAzules rustificados. Pero los superan en surrealismo e imaginación.

La música popular, en el estado natural adquirido en que la disfrutamos hoy en día, es bicéfala. A la mayoría le aburre escuchar discos únicamente instrumentales. La letra parece formar parte indisoluble, pero no siempre fue así. Ni siquiera en la ópera. Creo que fue Puccini quién empezó a relacionar de una forma íntima composición musical y libreto. Antes lo recitado y lo interpretado por la orquesta estaban poco ligados en significación. Recuerdo cuando Vetusta Morla empezó a romper el 2009 y a marcar la historia de la música española. Las comparaciones con RadioHead los lastraron en cuestiones de crítica. Manel y Antònia Font tienen una ventaja fundamental sobre el resto de grupos que presentan propuestas similares en el mundo: el idioma. Vetusta Morla tenía una ventaja vieja: el idioma. Aunque parezca natural, no lo es. Cuando viajamos al extranjero sigue alegrándonos el alma escuchar a un desconocido y comprender lo que está diciendo, porqué está utilizando nuestra lengua. El contacto que establecemos con las producciones que mueven nuestro diccionario es más directo, con un impacto espiritual más súbito y, posiblemente, más en lo hondo. Me atrevería a decir que no debemos desperdiciar la oportunidad de disfrutar las canciones que se hacen en nuestra lengua, que debemos propiciar el encuentro con estas. Pero estaría redundando en la natural predisposición del hombre: regresar a su patria, acunarse en su propio idioma.