Compañero de Juaco Vizuete o los Gallego Bros, este benidormí afincado en Valencia trabaja ahora para un estudio irlandés de animación. Autor de sus fanzines y premiado como autor revelación en el Saló del Cómic de Barcelona, mantiene su serie "Malas tierras" y prepara un cómic de fantasía escrito por Víctor Santos.

¿Se considera dibujante, creador de cómics, historietista, animador...?

Dibujante en general, de cómics y animación en particular.

¿Cómo se introdujo en el cómic?

Estudié Bellas Artes en Valencia, pero siempre he querido hacer cómics, y colaboraba en varios fanzines (revistas autoeditadas de aficionados) o realizaba los míos propios. Uno de esos fanzines, Freaks in Love, acabó en manos de la discográfica-editorial Subterfuge y me propusieron reeditarlo. Ese fue mi primer cómic editado "en serio". Allí también publicaba otro dibujante alicantino, Ladrón.

¿Se puede vivir del cómic?

No es mi caso, pero tengo amigos que sí. No es fácil, al igual que cualquier otra profesión de tipo creativo, como la literatura o la música. Es muy común compaginar los tebeos con otros trabajos, sobre todo si los cómics se realizan como expresión personal. Desde que terminé la carrera he podido ganarme la vida con el dibujo, sobre todo con la animación.

¿Suele trabajar con editoriales y revistas nacionales o extranjeras?

Hoy, con Internet, es muy fácil trabajar con editoriales de cualquier parte del mundo, da igual Madrid, Bilbao o Bélgica, como es mi caso. Curiosamente, donde menos he publicado es en Valencia. Aunque históricamente ha sido uno de los lugares con más tradición de publicaciones y autores de cómic, por algún motivo no termina de consolidarse una industria editorial.

¿Se da preferencia al autor de fuera?

Depende de la editorial. Las licenciatarias de superhéroes apenas tienen catalogo nacional, pero otras como la alicantina De Ponent prácticamente solo tienen autores de aquí. Algunas como Astiberri están más o menos equilibradas.

¿Se edita mucho o el cómic vive un momento feliz en España?

Aunque llevamos un tiempo en que se edita mucho -con tiradas bajas-, la situación es mejor respecto a hace algunos años. El cómic ha conseguido hacer visible su variedad entre el público general a través de obras extensas en formato de libro, de adaptaciones al cine y de la, por suerte, cada vez mayor presencia en medios de comunicación. Creativamente, tiene mucha salud y ojalá el consumo vaya a más.