La primera palabra que me vino a la mente cuando me invitaron a colaborar en la conmemoración del 75 aniversario de INFORMACIÓN fue «casa». Desde que tengo memoria, este diario forma parte de mi vida cotidiana. No recuerdo otros periódicos en el revistero de la sala de estar de la casa de mis padres. Durante mi adolescencia y juventud, esperar que mi madre volviera del trabajo con INFORMACIÓN bajo el brazo para hojearlo y ojearlo se convirtió casi en un ritual que ya no pude abandonar cuando tuve casa propia. Tomar el primer café de la mañana consultando la versión digital del diario, además de un placer, es la mejor forma de enterarme de lo que pasa en el entorno más próximo, en mi casa.

Recuerdo con especial deleite los desayunos de los domingos, que se prolongaban deliciosamente con el comentario pausado de las noticias y tribunas de opinión; costumbre que mis padres mantienen y que yo he imitado. Poco podía imaginar entonces que mi padre, que nos leía en voz alta de cuando en cuando alguna tribuna, pudiese llegar a hacer lo mismo con mi columna. Y ya va para doce años que sigue haciéndolo, ahora con mi madre como única audiencia, que, por cierto, ya ha desistido de decirme «nena, tú no te signifiques». Tarde para eso, mamá. Yo ya me había «significado» antes de recibir aquella llamada de Juan Ramón Gil, entonces director de INFORMACIÓN, proponiéndome colaborar en opinión. Hacía pocos meses, en julio de 2004, había participado en la fundación de la Red Feminista de Derecho Constitucional, la primera y hasta el momento única asociación de profesorado universitario de la especialidad comprometido en su docencia e investigación con la igualdad de mujeres y hombres.

Como no podía ser de otra forma, INFORMACIÓN difundió la noticia, pues tuvo lugar en la sede de la Universidad de Alicante en Biar. A raíz de ello comencé a publicar una pequeña columna temática en un diario gratuito y mi compañero y amigo Manuel Alcaraz Ramos, ya colaborador habitual en INFORMACIÓN, fue el alcahuete que propició que cambiase de periódico. La llamada de Juan Ramón Gil se produjo el 25 de noviembre de 2004 (Día Internacional contra la Violencia de Género), estando yo en Bilbao en un Congreso multitudinario de Derecho Constitucional en el que, oficialmente y con gran asombro y perplejidad de compañeras y compañeros de la disciplina, presentamos públicamente la Red fundada meses atrás, promoviendo la firma de un manifiesto por la igualdad. Y desde entonces tuve, como Virginia Woolf, una «habitación propia» cada domingo en esta casa que es INFORMACIÓN. Con todas esas «señales» sólo podía dedicarla a reivindicar la libertad e igualdad para las mujeres. Mi agradecimiento siempre al diario de nuestra casa.