Mejoras mejorables. El Ayuntamiento de El Campello ha detectado deficiencias en la construcción de las nuevas chimeneas de la planta de basuras que podrían estar impidiendo que cumplieran con su función: reducir los malos olores que genera el complejo de Les Canyades. Y todo porque los 12 metros de altura que tienen parece que son insuficientes.

El alcalde Juan Ramón Varó y la edil de Medio Ambiente Elisabeth Basto dieron a conocer ayer estos defectos a instancias de PSOE y EU durante un tenso pleno, del que fueron desalojados una quincena de vecinos antes de su inicio, que denunciaban estos hedores.

Varó explicó que "estamos esperando los resultados de las obras realizadas. Parece que hay algún defecto en la construcción de las chimeneas. Cuando se tengan los resultados de las obras se informará, pero los técnicos del área de Medio Ambiente están viendo que hay algún fallo, ya que las chimeneas no se han hecho a la altura adecuada".

La concejal de Medio Ambiente manifestó que "en la primera semana de marzo se realizó una visita a la planta para verificar las obras de cubrimiento de los biofiltros y de las chimeneas. Allí se confirmó que se ha terminado la obra y se están reavivando los biofiltros. El problema es que los técnicos han advertido un error en la altura de las chimeneas, ya que la planta está en una zona inclinada y se ha tomado como referencia una rasante muy alta en lugar de otra más baja, que hubiera permitido que las chimeneas al final emitieran a una mayor altura y disiparan mejor los malos olores. Han quedado encajonadas entre la montaña y los edificios y no sobresalen lo suficiente. Hemos informado de estas deficiencias al Consorcio de Basuras, a la Conselleria de Medio Ambiente y a FCC -empresa que gestiona la planta-, y estamos esperando una respuesta".

Fue durante el turno de preguntas del pleno cuando el equipo de gobierno informó a la oposición de esta situación. Primero fue la edil de EU Erundina Gutiérrez la que exigió al alcalde que convocara la comisión de seguimiento para ver las mejoras que se han hecho, destacando que los malos olores persisten y no se han reducido. Ante la respuesta de Varó sobre el problema con la altura de la obra, calificó de "tomadura de pelo" que "ahora digan que hay un defecto en las chimeneas tras ya dos años de malos olores en la zona norte".

Del mismo modo la regidora del PSOE María Jiménez reclamó informes pendientes desde octubre de 2010 sobre el pesaje de las basuras, lixiviados e inspecciones de la Policía Autonómica, entre otros, destacando que "el oscurantismo es total y no es cierto lo que dice el alcalde que huele menos".

A este respecto Basto informó que en marzo se han recibido 72 quejas por malos olores de las que se han podido verificar 45, y que si no se han facilitado aún los informes es porque no están acabados, puntualizando que en el caso de la Policía Autonómica esos datos son secretos y no los facilitan.

Del mismo modo Basto apuntó, en cuanto a las quejas de los vecinos sobre malos olores durante la anterior noche, que la empresa había informado de un problema con la puerta de una de las naves de la planta que impedía cerrarla y causó malos olores, siendo solucionado ayer el problema. Desde FCC confirmaron a este medio este incidente, al mismo tiempo que aseguraron que la obra de las chimeneas se ha ejecutado tal y como pidió el Ayuntamiento, que determinó que debía contar con 12 metros de altura. Explicaron que se han seguido las indicaciones del Consistorio conforme a los estudios realizados, y que la ubicación de las chimeneas en todo caso depende de la configuración de la planta.

Protesta

En lo que respecta a la protesta de los vecinos, ésta se produjo cuando todos los ediles se sentaron para comenzar el pleno. Una quincena de residentes de la zona norte se levantaron, mostraron una pancarta y explicaron al pleno los problemas que sufren por el vertedero, ya que afirmaron que las molestias no sólo no se han reducido sino que se agravan, haciendo referencia al episodio de la noche anterior, con hedores muy intensos. Y también pidieron la reapertura del apeadero de FGV de Cala d'Or.

Tras esta intervención, por otra parte completamente inusual en el pleno, pidieron al alcalde que dijera lo que iba a hacer al respecto. El primer edil les solicitó que retiraran la pancarta, se sentaran y guardaran silencio para poder empezar la sesión, y entonces, ante la negativa de los vecinos, advirtió que los desalojaría si no cesaban en su actitud mientras que ellos le increpaban y le llamaban "fascista", siendo finalmente desalojados por la Policía Local sin más incidencias.

Tanto PSOE como EU, Bloc y la Asociación de Vecinos del Sector Norte volvieron a insistir ayer en que el Ayuntamiento debe adoptar "acciones más contundentes" para acabar con estos malos olores.

Doce metros para disipar las emanaciones

La planta de residuos acabó las obras de los biofiltros a finales de enero y desde marzo están funcionamiento ya a pleno rendimiento tras una fase de pruebas. Se trata de un sistema de depuración del aire implantado en las naves de recepción, selección-biometanización y compostaje, con tres biofiltros en cada una de estas áreas con sus respectivas chimeneas. Esta obra permite a los biofiltros aspirar el aire de cada nave mediante ventiladores. El aire pasa por los biofiltros, un espacio herméticamente cerrado que contiene materia orgánica vegetal a unos niveles de humedad determinados, favoreciendo el desarrollo de unos microorganismos. Éstos son capaces de eliminar en gran parte los compuestos orgánicos volátiles, causantes del mal olor. Una vez el aire es depurado, sale por las chimeneas donde se dispersa en altura, a unos 12 metros.