El Campello bajará hoy, por fin, el tipo del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Lo que falta por saber que cómo se traducirá esto en el recibo de miles de campelleros el próximo año. Si sale adelante la propuesta del PSOE, la contribución se congelará y no sufrirá ninguna variación en 2011, mientras que la del equipo de gobierno del PP frenará la salvaje subida de los últimos tres años, limitándola a un 10%, pero seguirá aumentando. Previsiblemente los populares harán valer su mayoría para imponer su propuesta, que supondrá rebajar el tipo impositivo del 0,75 al 0,70%.

Primero se debatirá a las 11.30 horas en un pleno extraordinario la petición del PSOE, que exige llevar el tipo hasta el 0,65%, y solicitar al Gobierno central una revisión catastral para actualizar los valores de los inmuebles. La última revisión, realizada en 2007 y prorrateada en los siguientes diez años, es el motivo por el que los recibos se han disparado desde entonces una media del 90%, -un 30% cada año respecto a 2007-.

La iniciativa del PSOE, cuyos ediles han estado los últimos días recogiendo centenares de firmas para apoyarla, congelaría el recibo para 2011 pero la subida continuaría en los siguientes años, aunque a un menor ritmo, siendo necesario emplear, según los socialistas, políticas de austeridad y recortes para poder llevar a cabo nuevas bajadas.

A continuación, sobre las 12.00 del mediodía, está previsto que se celebre el pleno ordinario, en el que el PP ha incluido su propuesta para rebajar el tipo. Los populares ya aprobaron el solitario a finales de 2007 una bajada del tipo del 0,85 al 0,75%, para justamente minimizar el impacto de la revisión, pese a la cual las consecuencias para muchas economías familiares están siendo desastrosas y se hace urgente una rebaja del tipo para frenar su escalada.

En ello coinciden todos los partidos, pero mientras que el Bloc y EU apoyarían la propuesta del PSOE pero exigen algo más que un "parche" para el año que viene y que el impuesto no siga subiendo en año venideros, el PP afirma que la rebaja es la máxima ante las graves dificultades del Ayuntamiento para cuadrar las cuentas municipales por la falta de ingresos por la construcción.