El Ayuntamiento de Mutxamel ha iniciado por segundo año consecutivo una campaña, junto con la Universidad Miguel Hernández y Asaja, para recuperar la variedad de tomate "Mutxamel".

El negociado de Agricultura situado en las oficinas del Consistorio comenzará a repartir a partir del lunes las semillas donadas por la Universidad a los agricultores que deseen formar parte de esta iniciativa.

El concejal de Agricultura, Tomás Poveda, confía en que en esta campaña siga aumentado el número de agricultores "que se comprometen" con este proyecto. El pasado año fueron 132 y el objetivo es superar esta cifra, así como los resultados "sean más satisfactorios" para que el tomate sea de mejor calidad.

Los agricultores que plantaron la pasada campaña deberán realizar una pequeña encuesta para completar los estudios que lleva a cabo la Universidad Miguel Hernández.

El profesor de Genética del Campus de Orihuela de la UMH y director de la investigación, Juan José Ruiz Martínez, participó en una charla dirigida a los agricultores el pasado abril y explicó que ya se ha dado con semillas de variedades de tomate resistentes a las virosis, tras once años de investigación fruto de semillas originales donadas por agricultores de Mutxamel.

Ruiz explicó las características de esta investigación, cuyo objetivo es desarrollar tomates de la variedad de Mutxamel resistentes a los virus mosaico y del bronceado y más tolerantes al de la cuchara, sin ingeniería genética.

Merma de producción

Estos virus consiguen mermar la producción de tomates, hasta el punto que su incidencia en los últimos años ha hecho prácticamente inviable el cultivo de esta variedad sin resistencias. Los tomates que terminan su crecimiento tienen un aspecto que reduce la calidad y el precio de venta. La investigación se desarrolla mediante programas de mejora de retrocruces para introducir resistencias a las virosis, financiados por el Ministerio de Educación y Ciencia y la Generalitat Valenciana.

El Ayuntamiento pretende que el proyecto involucre a agricultores locales, asociaciones de consumidores y restaurantes, entre otros. La finalidad es recuperar el cultivo de esta variedad de reconocida calidad organoléptica, manteniendo diversidad genética en campo y ofreciendo alternativas agrícolas económicamente viables. Para ello, se está estudiando también la posibilidad de obtener una Denominación de Origen, Indicación Geográfica Protegida u otras figuras equivalentes.