El primer bloque de la residencia Ulyss, el único con inquilinos, se queda vacío a partir de hoy. Una orden judicial derivada del impago de los recibos de luz y agua ha llevado a este desenlace, que en principio se iba a ejecutar el 1 de agosto, pero que finalmente se ha adelantado a hoy. Los afectados podrán retirar sus pertenencias hasta el día 30.

"Apenas nos han dejado tiempo para reaccionar. Yo he tenido que alquilar una habitación de la residencia de al lado hasta que pueda encontrar un piso", comentó ayer una de las inquilinas. Los responsables de la residencia comunicaron este desalojo a mediados de la semana pasada, después de que las instalaciones se vieran afectadas por un corte de luz.

"Al principio no nos dijeron la verdad sobre este corte, sino que se trataría de un fallo de Iberdrola. Luego nos explicaron que era un aviso, y que tendríamos que desalojar", explicó otro estudiante que vive en la residencia desde hace un año.

Esta decisión no ha pillado por sorpresa a los residentes que han sido testigos durante todo el año de "las irregularidades cometidas por los directivos de la empresa", según denuncian. Esta situación derivó en el masivo abandono de inquilinos durante el mes de junio, coincidiendo con el final del curso académico. Es por ello que los responsables de la empresa decidieron reagrupar, a mediados de julio, a todos los residentes en la primera fase. La suma de los inquilinos de los tres primeros bloques ascendió a 90, de los que ayer apenas quedaban 20. Los dos últimos bloques nunca llegaron a estrenarse.

No obstante los residentes confiaban en la mejora de la situación. "Estábamos convencidos de que el tema se arreglaría, ya que éramos muchos los perjudicados", comentó una de las mujeres afectadas. "Incluso hubo otra empresa que se ofreció a realizar una nueva gestión, pero por motivos judiciales, esto no era posible", indicó otro inquilino.

Los afectados no dejan de ocultar su indignación ante el precipitado desalojo, tal como lo aprecian ellos. "Fíjate si confiaba en que el tema se arreglaría que llegué a avisar a los responsables de la residencia para que me reservaran estudio otro año más", relató una estudiante. A la pérdida de su vivienda se suma un añadido más: "También perdemos la fianza, que en mi caso se corresponde a los 250 euros de alquiler", explica la misma chica.

El precio del alquiler dependía del tamaño del estudio. Algunos residentes llegaban a pagar hasta 350 euros mensuales.

PROPUESTAS

A la búsqueda de una solución inmediata

Son varios los intentos que se han realizado para lograr una solución. En noviembre del pasado año la Asociación de Perjudicados por el Grupo Riviera intentó acercar posturas con una nueva empresa para las tareas de gestión de este bloque de residencias. No obstante, las acciones judiciales pendientes paralizaron esta propuesta.

No obstante, durante el trascurso de esta semana esta asociación confía en obtener respuestas. Su presidente, Enrique Behem ha anunciado que intentará que se adopte alguna medida. Antes dará margen a los administradores para que concreten una fecha para la celebración de la reunión acordada.