El concejal de Cultura de Alicante, Miguel Valor, el arquitecto director de la obra, Marius Bevià, y el técnico de la empresa Geocisa Miguel Barranco han presentado hoy los trabajos de recuperación de este "signo de identidad" de la ciudad, que tienen un presupuesto inicial de 300.000 euros.

La inspección de la peña, tras la detección de una serie de grietas en la Cara del Moro el pasado 27 de agosto, permitió localizar cinco grandes hendiduras, dos de ellas en la "ceja" y tres en la "nariz", que serán "cosidas" por técnicos de la empresa Geocisa durante los próximos meses, ha explicado Valor.

Las peculiaridades del lugar convierten la obra en una "actuación relevante", ha precisado Bevià, dado que no se puede prescindir de ninguna pieza para que "no cambie su fisonomía".

Por ello, la georrestauración se ha planteado como la restauración de la "fachada de un edificio barroco", ha añadido.

Para ello, se instalará un andamio de 36 metros altura por 27 metros de ancho, con un volumen de entre 3.500 y 4.000 metros cúbicos, desde el que un equipo de diez personas colocará bulones a modo de grandes tornillos, sellará grietas y reconstruirá aquellas piezas que se hayan desprendido.

Previamente, un equipo de alpinistas colocará una gran malla de protección a lo largo de toda la Cara del Moro, que mañana a mediodía será trasladada al lugar por un helicóptero.

Esta tarde está previsto que se coloquen los tensores y la piezas de seguridad para que, a partir de mañana, se puedan lanzar los alpinistas que colocarán la red durante las próximos quince días.

La instalación del andamio finalizará aproximadamente un mes después, tras lo cual comenzará la georrestauración de la Cara del Moro, que está previsto que finalice en tres o cuatro meses, ha explicado Bevià.

El arquitecto, que ha recordado que algunas de estas grietas tienen 300 años de antigüedad, ha explicado que durante la restauración sólo permanecerá cerrada al público la parte más alta del castillo.

El proyecto de restauración incluye también la recuperación de los dos laterales de la peña, en los que se trabajará en altura.

Además, en toda la zona inferior se colocarán barreras de seguridad para evitar cualquier posible desprendimiento, ha precisado Bevià, quien ha recordado que a principios de los noventa también se llevaron a cabo otras intervenciones menores en la peña para evitar la caída de rocas.

Por su parte, el concejal de Cultura ha asegurado que el Ayuntamiento "no va a escatimar en gastos" en esta actuación.

Preguntado por el proyecto de intervención en el Castillo de Santa Bárbara, Valor ha señalado que los técnicos municipales están preparando, en colaboración con la Generalitat, el borrador del anteproyecto.

Por otro lado, el arquitecto Marius Bevià se ha referido al cambio de color de la fuente de la plaza de los Luceros, que fue restaurada el año pasado, y ha dicho que un equipo de la Universidad de Alicante lo está estudiando y, de momento, ha descartado que se trate de óxidos.

"La fuente tiene filtros y una depuradora, pero el mortero blanco -utilizado en la escultura- es muy poroso y coge suciedad, y no sabemos si -el cambio de color- es por la polución", ha añadido.