La "principal intención de la reforma es impedir que los profesionales cualificados puedan ejercer su labor profesional en la Administración informando lealmente con objetividad e imparcialidad a los órganos de decisión". Así lo denuncian la mayoría de los más importantes técnicos de Urbanismo, un total de ocho de los doce del grupo A existentes en la Gerencia Municipal de Urbanismo de Alicante, en un escrito de alegaciones contra la reforma de los estatutos de dicha Gerencia emprendida por la concejala de Urbanismo, Sonia Castedo. Los firmantes piden que se suspenda la tramitación de las reformas.

Las firmas que acompañan el escrito contra la reforma denotan la relevancia del mismo, ya que lo suscriben la mayor parte de los técnicos de la Gerencia de Urbanismo, cuya labor consiste en informar sobre planes parciales y asuntos urbanísticos más importantes, fundamentales en el diseño de la ciudad y en los que hay en juego importantes intereses económicos.

El documento de los funcionarios viene a denunciar que la reforma emprendida es en realidad una caza de brujas para eliminar a los técnicos que no se plieguen a los dictados de la Gerencia de Urbanismo. Así, el escrito subraya que "se trata de imponer la estructura organizativa más férreamente jerarquizada que hemos conocido durante toda nuestra vida profesional".

Los técnicos más relevantes de Urbanismo recalcan en su denuncia que han desarrollado su tarea "reglamentariamente", pero que "frente a esta labor realizada con la objetividad e imparcialidad a las que están obligados, sencillamente, se han encontrado muchas veces con una actitud distante de una dirección que se ha mostrado inaccesible, desconfiada y ha menospreciado su trabajo, llegando incluso a apartar a algunos compañeros por la vía de hecho de los temas más importantes de la ciudad, todo ello sin explicación alguna", en alusión a Climent Lozano, el técnico que se ocupaba de expropiaciones y reparcelaciones, y que fue fulminantemente trasladado porque, según la demanda interpuesta por dicho técnico, no se sometió a los dictados de la Gerencia en el plan parcial de Benalúa Sur.

El documento de los técnicos municipales va directamente al grano, aunque acudiendo a veces a la ironía y la mordacidad. Así, sobre la nueva organización alternativa que se contempla en la reforma de la Gerencia, se dice que es un "modelo piramidal y jerarquizado" y en el que "se establece un servicio con rango jerárquicamente superior que se ocupará de controlar la "unidad de criterio" como si de una reformulada "unidad de destino en lo universal" se tratara".

"Lo esencial"

Lo "verdaderamente esencial" de esta reforma, según los cualificados funcionarios, es "el control de los criterios técnicos que pueden formularse desde los ámbitos funcionariales competentes para emitir informes", o dicho de una forma más clara y contundente, como se indica en el propio escrito, "el ejercicio de un control férreo para evitar cualquier opinión que difiera de la del jerárquico superior".

La nueva organización en la reforma de la Gerencia de Urbanismo establece, según el escrito de alegaciones de los técnicos, "un sistema de sucesivos y reiterados "visto bueno" en cascada a los informes emitidos en todos los expedientes, situando un servicio de "control efectivo último" por si, incluso, pudiera fallar algún eslabón de la cadena de mando en el procedimiento diseñado", a lo que añade, recurriendo de nuevo a la ironía, que es "todo un ejemplo de celeridad, economía y eficacia administrativa con el que se pretende "un mejor, más rápido y efectivo servicio a los ciudadanos"".

En el documento, los técnicos lamentan que se haya optado por "jerarquizar férreamente la estructura para silencia al que no opina igual que su superior", y solicitan, como conclusión, que se suspenda la tramitación de la reforma y que se abra un debate para llegar a un consenso en el modelo de funcionamiento, que resuelva los problemas existentes.