Se le ve muy relajado. Como si haber hecho público algo "estrictamente personal" como dimitir del Rectorado para presentarse a la reelección le hubiera quitado un peso de encima. Aunque el rector Jiménez Raneda empieza negando su ventaja electoral porque sólo ha pensado en la institución, acaba confesando que no parte de cero porque tiene casi acabadas las directrices para el cambio de las carreras, clave del nuevo mandato.

Dimite y adelanta las elecciones a rector. Su decisión ha pillado con el pie cambiado a otros posibles candidatos.

No me he planteado esto para nada en clave personal electoral. Sólo quería evitar que coincidieran dos procesos: las elecciones y la adaptación de las carreras al espacio superior europeo.

Pero al poner en marcha el proceso electoral sale con ventaja. Me parece imprescindible reiterar el planteamiento de mi renuncia: generar inquietudes sería enormemente rechazable. Por eso pese a decidirlo en diciembre carecía de sentido hacerlo público entonces. Debía dar seguridad a la institución y era inevitable hacerlo de forma estrictamente personal porque renunciar al cargo es intransferible.

Tanto secreto me recuerda las intrigas por la libreta de Aznar. Eso me aburre, como los programas rosas, son basura que debería desaparecer de los medios de comunicación.

El caso es que la decisión era suya y eso le da ventaja. El elemento sorpresa es importante en una decisión de esta naturaleza, no se puede anticipar para evitar falta de seguridad, pero desaparecida la sorpresa inicial espero que se entienda. El calendario electoral sigue siendo incierto hasta que no se publique mi cese en el DOCV y las reglas del juego son las mismas para todos, no llevo ventaja. Pero la clave del próximo mandato está en la reforma de las carreras, ¿no se retrasarán?

Condicionará enormemente todo el futuro de la Universidad y por eso hacía falta dejarlo a un rector con plena capacidad de acción. Ese proceso no se hace en un mes, durará todo un año.

Pero el documento de directrices lo diseña el equipo rectoral. Sí, es el que establece las reglas del proceso y requiere un mes de trabajo para después ponerlo en conocimiento de la Universidad y aprobarlo. Debería cerrarse antes de las vacaciones de verano y se podrá hacer. En la medida en que yo pasara a ser rector así será porque evidentemente tenemos cosas avanzadas, una parte de los deberes hechos, y eso sin duda es una gran ventaja, no partimos de cero.

Para cumplir los plazos debe publicarse antes su cese. Llamé al conseller para comunicarle mi decisión y le pedí la máxima velocidad. Fue muy cortés, dijo que así sería. Todos los viernes se reúne el Consell y mi estancia en este despacho tiene los días contados.

¿Le estimularía que se presente alguien más a la elección? No lo he reflexionado todavía, no forma parte de mis inquietudes.

¿Pero lo prefiere o es mejor asegurarse el cargo de entrada? Posiblemente una comunidad universitaria se sienta más estimulada en la medida en que haya concurrencia de distintos candidatos y me podría parecer muy bien por la institución.

¿Le importa el respaldo que reciba? A cualquiera en la vida le gusta alcanzar el respaldo máximo, pero la Universidad es plural y muy diversa y el respaldo no puede verse al margen de esto.

Esa pluralidad le dio la semana pasada los primeros votos negativos a su gestión. Hay gente descontenta por perder su identidad de centro. Son elementos sentimentales muy importantes porque se han volcado con sus centros mucho tiempo, pero estoy convencido de que la reestructuración mejora la estructura existente.

No creo que valga a los que dejan de ser escuelas universitarias. La reestructuración viene obligada por el Estatuto, por ingrato que pueda ser. Soy consciente de que es normal que haya votos en contra porque no resulta satisfactorio ni agradable, pero con el tiempo se darán cuenta de que dispondrán de todos los recursos y cuidados necesarios.

También reformar las carreras levantará ampollas. Los grados no deben ser la reproducción mimética de las actuales carreras. Todas pasarán a tener 4 años, por lo que el proceso será muy laborioso, pero participará en ello todo el profesorado.

Y no hay reforma que no necesite fondos, pero de momento las universidades no tienen financiación ¿harán algo los rectores? Compartimos posturas corporativas y la Generalitat debe ser consciente de que no es un tema baladí. Estamos hablando con los responsables de la Conselleria.

No parece que dé resultado.

Se nos dijo que a lo largo de 2008 se elaboraría un plan de financiación con vigencia para cinco años y esperamos los siguientes pasos.

¿Cuánto piensan esperar? Sobre 2008 en concreto hay una incertidumbre total porque no se ha suscrito ningún acuerdo sobre prorrogas anteriores. A eso se añade la falta de orientación del plan a cinco años pero se nos indicó que sería este año. Me gustaría que fuera antes del 9 de marzo.

¿Y si no es así? Se tiene que desbloquear, no puedo imaginar que no sea así y que las universidades valencianas no tengamos un horizonte mínimo de financiación. La disponibilidad de recursos afecta mucho a las posibilidades de acción de las universidades e insisto, no se puede contemplar un escenario sin recursos mínimos.

Aun con este panorama, se presenta a la reelección.

Que no haya un horizonte despejado sobre ingresos lo hace mucho más difícil, no se pueden tomar decisiones si ignoras los recursos con que cuentas, pero inequívocamente la situación ha de desbloquearse. El Rectorado es muy estimulante aunque tampoco sea sencillo. La posición de todos los rectores valencianos es común, una voz, porque mejorar la universidad no sale gratis.

¿Renovará su equipo? Lo reflexionaré en su momento pero subyace una filosofía de continuidad, no continuismo.