Una isla en contrucción. Es lo que parece Tabarca, porque prácticamente en cada una de sus calles se pueden encontrar casas en obras. Trabajos que se suman a los de restauración que se están llevando a cabo en la muralla y en la iglesia de San Pedro y San Pablo, del siglo XVIII. Cuando el barco se acerca, la primera imagen es la de los andamios que rodean el templo y la muralla. Son las dos grandes obras que se están acometiendo y, entre ambas, el número de albañiles prácticamente alcanza a la veintena de vecinos que residen ininterrumpidamente en la isla. Si a ellos se suman los operarios que trabajan en la construcción y acondicionamiento de otras viviendas, el número es muy superior.

Y es que el trasiego constructor es lo que más impacta a quienes visitan la isla. "Están plagándola de bungalós y siguen construyendo sin respetar el estilo de este pueblo de pescadores", comenta un turista de Barcelona, Pedro Marcos. En ello coinciden sus acompañantes, Ángel Hernández, y Claudia Hernández (de Santa Pola);, quienes proponen "que se acondicionen las casas que hay, pero que dejen de construirse más porque están destrozando la isla". Todos ellos aseguran sentirse "decepcionados" ante el abandono que hay en la isla por la falta de limpieza y de acondicionamiento para bajar a las playas o en las calles sin alisar ni empedrar. "Si hubiera más servicios y mejores condiciones viviría más gente", sentencia Marcos.

Esa falta de servicios es, posiblemente, lo que ha contribuido a que en los últimos años haya descendido el censo en Tabarca casi un tercio y haya pasado de los 125 empadronados en 2004 a los 92 de 2007. Algunos vecinos coinciden en apuntar a esta causa como principal motivo de esta despoblación. La escuela desapareció hace dos décadas y ya no se ha vuelto a abrir porque no hay niños que vivan allí con sus padres. Hay poco de lo que vivir en la isla en invierno y hay que coger el barco para comprar, ir a la farmacia, al médico o hacer cualquier trámite. Son pocas las comodidades de vivir en ella y solo a algunos pocos les compensa o se lo pueden permitir.