Y

a van seis elecciones como cabeza de lista. ¿Cómo hace para situarse en primera línea teniendo en cuenta esa sensación de que viene una vez cada cuatro años?

Cada cuatro años dicen eso. Que soy un candidato de Madrid, que soy un candidato de Cartagena... Soy candidato del PP por unanimidad del comité electoral. Esos dimes y diretes, al cabo, han llevado a cuatro victorias sucesivas del PP desde 1993. La mejor receta, no hay duda, es la victoria.

En su lista electoral entran Pedrosa, Mercedes Alonso y Peralta y siguen, a parte de usted, Macarena Montesinos, Francisco Murcia y, en puesto de sufridor, Miguel Campoy. ¿No es una lista poco valiente en busca del objetivo de lograr el escaño extra que se distribuye en Alicante?

Es una candidatura muy equilibrada de la distintas sensibilidades del PP y con una apuesta clara y fuerte por las mujeres con liderazgo indiscutible como Adela Pedrosa en Elda y Mercedes Alonso en Elche. Seamos claros: el PSOE se ha presentado a las últimas cinco elecciones con un candidato distinto. Los partidos deben ofertar candidaturas que respondan a su trayectoria y, por tanto, los experimentos con gaseosa.

Hablando de candidatos. ¿Qué opinión tiene parece Bernat Soria?

Lo conozco poco. Apenas un saludo. Es un recién llegado a la política en un ministerio que carece ahora de relevancia como es Sanidad, con sus competencias casi transferidas. Y, por ello, creo que su principal dificultad está en su falta de conocimiento del electorado en una lista de descartes y con poca integración.

¿Cómo dejan Alicante estos cuatro años de gobierno de Zapatero?

Los socialistas han ignorado a Alicante. Nos han marginado en inversiones, en infraestructuras, en agua, en seguridad, en servicios y en financiación. Y ha de responder Soria, miembro de ese gobierno. Yo le emplazo a hablar de todas esas cosas.

¿En un debate? Hace doce años que usted no concede un "cara a cara" en campaña electoral.

No sé si se trata tanto de un debate como de una campaña que mire a los ciudadanos. Y no como parecen haber empezado con las descalificaciones personales, las agresiones, las chanzas... Bernat Soria ha apuntado, quizá mal informado, que yo era virgen en la provincia. En sus investigaciones científicas, que son muy serias, no sé si habrá alcanzado la fórmula para que un padre de familia de cinco hijos siga siendo virgen. No me parece correcto ese estilo.

Habla usted de discriminación desde Madrid. Valenzuela asegura que también discrimina Camps.

Espero que Valenzuela me explique eso porque yo le voy a explicar a él, personalmente y con más detalle, algunas cifras. En seguridad ciudadana, nuestras dotaciones son muy inferiores a las necesarias. En infraestructuras, el Gobierno ha parado las obras del AVE para que llegue, como pronto, en 2012, cinco años después que en Málaga o Valladolid. En financiación, tenemos un saldo negativo de 3.600 millones. Alicante recibe 90 euros menos por habitante que la media, los presupuestos del Estado crecen en Alicante un 40% menos y recibimos la mitad que Cataluña en fondos estatales. Júzguese si eso no es discriminatorio.

¿La solución a este panorama está en el plan estratégico de Camps?

En el plan estratégico se debe lograr un alto consenso. Y si no se hace por consenso tendrá el fallo de raíz. Pero estamos ante un PSOE que la palabra consenso le molesta. Un ejemplo: el agua. ¿Cómo es posible que se haya cambiado el Júcar-Vinalopó consensuado en su día?

¿Usted, a diferencia de Bernat Soria, sí tiene opinión sobre el trazado del Júcar-Vinalopó?

Soria tiene desconocimiento. El PP es partidario del trasvase del Ebro, del trazado anterior del Júcar-Vinalopó y de no mermar, como se ha reducido en un 30%, el Tajo-Segura que Castilla-La Mancha quería limitar con su Estatuto pero que, por fortuna, se ha sacado del debate. Por cierto, ese ha sido el trabajo en el que no se me ha visto estos años. A mi me eligen para trabajar en Madrid. Qué mas quisiera yo que pasear por la Explanada. En otras legislaturas he sido delantero. Pero ahora soy defensa y he trabajado, dentro de un equipo, como ponente del Estatuto valenciano, para que no prosperara esa barbaridad que es el Estatuto catalán o para el Estatuto de Andalucía, que logramos consensuar.

¿Pero sólo 38 iniciativas en esta legislatura y la ponencia de reforma del Estatuto, justifican cuatro años?

En el parlamento hay control al Gobierno y hay otra función, que lleva más tiempo y más trabajo, que es la función legislativa, cuestiones que no dejan puntual presencia entre las iniciativas de control pero que sí son de una grandísima trascendencia.

Hace cuatro años la guerra de Irak y el siniestro del Yak-42. Ahora ese trágico accidente en el que fallecieron 62 soldados españoles vuelve a marcar su campaña electoral tras la reapertura de la investigación judicial y su citación para declarar.

No voy a perder ni un sólo minuto en campaña en esos temas. No quiero que se distorsione. En estos cuatro años ha gobernado el PSOE y toca que respondan de su ejecutoria. Nosotros ya tuvimos que comparecer en las elecciones anteriores por esos temas, que están dilucidados, y perdimos. Venir a refugiarse ahora en ellos es una manipulación democrática descarada. En el asunto judicial del Yak-42 advertiría al señor Soria que fuera más preciso. Yo no estoy encausado. Nunca lo he estado. Por tanto, que corrija. Me piden una testifical o un informe sobre cómo se realizaban las contrataciones. Nada más. Sobre las causas del accidente, todo ha venido a coincidir siempre: fue un error de los pilotos. Eso ha sido estimado por tres autos de la Audiencia Nacional dictados por dos jueces distintos. Pueden dar las vueltas que quieran, esa es la causa. Pero manipular todo eso para convertirlo en un asunto de campaña es una desvergüenza y una perversión. Y no lo voy a consentir.

¿Hay solución para la crisis económica que afecta a Alicante?

En la provincia se está perdiendo empleo. Los analistas esperan que se puedan destruir hasta siete mil empleos en el sector de la construcción. Durante cuatro años, el gobierno y los medios de comunicación públicos se han dedicado a desprestigiar el turismo y la construcción en el levante español. Han dañado el principio de confianza. Zapatero y Solbes dicen que es algo de menor entidad. Son unos absolutos irresponsables.

Camps siempre niega la mayor y rechaza que haya crisis.

Esta Comunidad es la que más crece de toda España, está bien gobernada pero no vive aislada. La crisis repercutirá, que duda cabe.

¿Y no cree que la crisis de la construcción está más en el abuso que en las críticas de los medios de comunicación al modelo urbanístico?

Hace 17 años, en nuestra costa, había rincones mucho más pintorescos que ahora. Pero eran muchos menos los que podían disfrutarlos. Ahora son más. ¿Ha habido excesos? Seguramente. Pero para eso están los tribunales. Pero hacer una descalificación global del sector porque se hayan producido un exceso, o dos excesos o trece, es igual, me parece una auténtica barbaridad.

Crisis de la construcción pero también de los sectores de la industria tradicional como el calzado, el textil o el juguete. ¿Qué ha hecho usted desde el Congreso para exigir al Gobierno soluciones?

Mi dedicación parlamentaria ha sido la que me han encomendado: portavoz en materia Constitucional. Y, por tanto, efectivamente no he podido estar, como en otras ocasiones, más pendiente del control. No sé cómo va a repercutir toda esta crisis. Se están tomando medidas tan coyunturales que, francamente, es muy imprescindible qué va a pasar con el sector exportador.

Como presidente del comité de conflictos del PP, la guerra entre campistas y zaplanistas le ha dado mucho trabajo en estos cuatro años.

(Risas); No lo crea. No ha sido el comité de la sangre. No hemos perdido a ninguno de los que venían con nosotros. Han salido del PP aquellas personas que hace mucho tiempo se habían situado en contra del interés del partido. Efectivamente, en Alicante se ha producido algún caso sonado pero cuanto más ruido había aquí menos podía salir yo.

La dirección del PP de Alicante tiene la sensación de que siempre sus resoluciones van en contra de ellos y a favor de Camps.

Aaaaaay. No, no... Ya lo han superado porque esa misma dirección me ha propuesto como número uno. Si en alguna ocasión ellos han tenido una impresión de que yo no trabajaba de acuerdo con sus pretensiones, al haberme propuesto por unanimidad es que están contentos conmigo. Por tanto, respecto de opiniones anterior, rectificar es de sabios.

Usted está alineado con Francisco Camps. Ya sabe que Alicante, todavía, es territorio zaplanista.

Este es un territorio de Francisco Camps como cualquiera de la Comunidad y del PP. Es el presidente regional, por supuesto que sí.

Vale. Pero le cae mejor el jefe del Consell que Eduardo Zaplana.

Nadie podrá imputarme una deslealtad o una indisciplina con nadie. A Zaplana lo lleve como número cinco de la lista en mi primera comparecencia en las elecciones en 1989 procurando su vuelta a la política porque él había estado apartado desde que se disolvió la UCD. Lo apoyé para la presidencia provincial de Alicante, para la regional y como candidato al Consell. Nunca he tenido problemas con Zaplana. Cuando, en la campaña anterior, me encontré con que el presidente era Camps, me puse a su disposición con la misma disciplina y el mismo afecto.

¿Cuestiones nacionales como el terrorismo o el conflicto entre la Iglesia y los socialistas van a tapar el debate provincial en campaña?

Va todo unido. No somos una isla. Los problemas no pueden desconectarse unos de otros. El elector, cuando vaya a votar, lo que debe preguntarse es: ¿Ha gestionado mejor Zapatero o conviene un cambio? Yo creo que ha gestionado peor. A eso se añade la actitud desnortada de Zapatero en sus pactos con los nacionalistas radicales, con el terrorismo o a la hora de demonizar a la oposición o a la Comunidad porque aquí, sencillamente, gobierna el PP.

¿Y no es desnortado, en el siglo XXI, cerrar, como ha hecho Camps, las emisiones de TV3 en Alicante?

Me duele que en los mapas de las escuelas de Cataluña aparezca la Comunidad como los "Països Catalans"; que en los libros de historia de Cataluña no figure la palabra España; que no haya un sitio donde un castellanohablante pueda cursar sus estudios. Como todo eso me parece un gravísimo error, cualquier expansionismo de ese nacionalismo radical no me gusta. Por cierto, que de eso también tendremos que hablar con el señor Bernat Soria.