P

aqui tiene 33 años y cuatro niños a los que alimentar. Su marido y ella trabajan como limpiadores pero no les viene nada mal contar con comida extra en Navidad. «Lo que te ahorras en esto lo puedes dejar para pañales y otras cosas, porque con cuatro niños pequeños te gastas más de todo, y más en Navidad», apunta esta joven madre, que conoció la ONG Ejército de Salvación a través de una amiga y no es la primera vez que viene al reparto de alimentos que la entidad realiza periódicamente.

Paqui es de las pocas beneficiarias españolas que el pasado jueves acudió a recoger paquetes de arroz, leche, galletas y cereales, entre otros productos, dentro de los 12.000 kilos que la entidad recibió hace unos días en la cuarta entrega del año del Banco de Alimentos, que distribuye los fondos excedentes de la Unión Europea entre diversas organizaciones humanitarias. Con estas entregas se atiende a más de cien familias y alrededor de 500 beneficiarios.

Bouazza es un marroquí de 57 años, padre de cinco hijos, que colabora con la entidad. Vive con su familia en Alicante desde hace 20 años y dispone de una pensión por discapacidad, al igual que uno de sus hijos. «Esta muy bien tener esta ayuda porque a veces tenemos problemas para poder comprarla, aunque el mayor de mis hijos trabaja y también nos ayuda, aunque ahora se ha casado y tiene que alimentar a su propia familia», indica. Por el contrario, Siham, marroquí de 21 años, es la primera vez que acude al reparto de alimentos y lo hace desde Sant Joan d'Alacant: «Nos lo dijo mi tía y nos viene muy bien porque ahora estamos sin trabajo».

«La mayoría del colectivo que atendemos es inmigrante, sobre todo de Argelia y Marruecos y también sudamericanos, aunque en la distribución de ayuda que hacemos en la calle a los 'homeless' también hay bastantes españoles», indica Cristóbal Álvarez, canario de origen y responsable del Ejército de Salvación en Alicante, implantada hace 7 años en la ciudad por miembros de la Iglesia Evangélica y con algunos voluntarios.

Álvarez explica que esta entidad, fundada en Inglaterra en 1865, surge como movimiento social evangélico dentro de la Iglesia para intentar paliar la pobreza generada tras la Revolución Industrial. Está implantada en 114 países y en siete ciudades españolas, con sede central en Madrid. «Somos parecidos a lo que es Cáritas en la Iglesia Católica, damos ayuda a cualquier persona que lo necesite», señala el responsable.

Hace unas semanas que la ONG se ha trasladado a la antigua sede de Proyecto Hombre, en el barrio de Ciudad de Asís, y tras un parón de algunos meses, ha vuelto a retomar el reparto de alimentos. Con el tiempo prevé reanudar las salidas a la calle para distribuir comida caliente entre los 'sin techo', un colectivo que les conoce bien y que el pasado año recibió cerca de 30.000 platos calientes. «Un día no pudimos salir a la calle por el mal tiempo y al día siguiente vinieron a buscarnos a la sede», apunta Cristóbal, que cuenta con una furgoneta donde se transportan los termos con caldos y otras comidas calientes. Añade que la entidad no pretende sustituir ningún servicio público existente, sino que sus destinatarios son aquellos que por distintos motivos no acceden a estos recursos.

En la anterior sede, el Ejército de Salvación disponía de comedor donde se servían también desayunos y cenas pero las repetidas aglomeraciones de gente provocaron altercados con los vecinos, por lo que de momento no tienen previsto reabrir este servicio, no así los cursos de formación y orientación. En la sede hay también una pequeña sala para el culto -Cristóbal es pastor metodista-, pero señala que la religión no es ningún requisito para acceder a la ayuda.