U n total de diecisiete voluntarios de la Cruz Roja de Alicante y Petrer fueron movilizados ayer en la primera emergencia de pateras registrada en Alicante, un dispositivo que la directiva de la asociación calificó como muy satisfactorio. Los voluntarios trabajaron contrarreloj para atender a los inmigrantes, que en general se encontraban en un buen estado de salud. «Llegaron asustados, cansados y ateridos», según relató ayer una de las voluntarias que participó en el dispositivo. El despliegue coincidió ayer con la presentación anoche de la fiesta de la Banderita de la Cruz Roja, por lo que los voluntarios explicaron durante la gala de anoche los pormenores de lo sucedido. La asociación

Termos de café y de zumo de dos litros, madalenas y galletas, calzado y ropas para sustituir a las prendas empapadas

Ana Iniesta, voluntaria en activo desde hace 18 años, se incorporó al dispositivo habilitado en el Puerto a las diez de la mañana tras haber pasado la noche de guardia en el Hospital General de Alicante. «Me llamaron porque se necesitaban voluntarios», explicó. La incertidumbre que tenía el equipo desplegado en el puerto era que no sabían lo que se iban a encontrar. «Lo prioritario era saber si venían niños y mujeres embarazadas, y no sabíamos las condiciones de salud en las que llegaban», explicó. En la antigua terminal del ferry de Orán se estableció un sistema de triaje, un método para la selección y clasificación de los pacientes basándose en las necesidades terapéuticas y de los recursos disponibles. «Afortunadamente venían en buen estado de salud y bajaban

Uno de los pocos momentos de tensión fue a la hora de repartir los alimentos entre los inmigrantes. «Había un gran recelo cuando se les repartió el caldo porque pensaban que era de carne de cerdo», explicó. A través de los traductores se les pudo explicar que el caldito no era de cerdo. Por lo demás, no hubo que lamentar incidentes.

Los equipos médicos se comunicaban con ellos a través de los traductores. «Nos contaron que han estado tres días en el mar, sin comer ni beber nada. Aunque no pudimos hablar mucho con ellos sobre su experiencia porque estábamos más pendientes de comprobar su estado físico», relató Ana Payés. El secretario provincia de Cruz Roja, Miguel Mérida, destacó que «había una serie de personas que necesitaban ayuda y allí estaba Cruz Roja para poder atenderles». Mérida explicó que los convenios que la asociación

Por otro lado, el patrón de la embarcación «Siempre Kalima», Manuel García, afirmó ayer a Europa Press que los inmigrantes se les acercaron en torno a las dos de la madrugada y se comunicaron en francés con la tripulación del pesquero, ya que alguno de ellos «lo entiende un poco». Así, según añadió, los inmigrantes les pidieron ayuda y les dijeron que eran argelinos, aunque no precisaron el punto desde el que se habían embarcado con destino a las costas españolas. El «Siempre Kalima» es un pesquero palangrenero con base en Cartagena y una tripulación de nueve personas, según explicó el armador. La embarcación suele faenar, tanto por la zona en la que hallaron a los inmigrantes, como en Mallorca. Hasta el momento «nunca» se habían encontrado en una situación como ésta.

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