E n la urbanización Hoyo 1 de la Playa de San Juan los vecinos se levantaron ayer especialmente preocupados por si, tan sólo dos semanas después de la inundación que dañó 70 garajes y echó a perder más de un centenar de coches, la meteorología volvía a jugarles una mala pasada. Luis Martínez, vicepresidente de la comunidad de propietarios, explicaba que «hemos pasado una noche muy larga porque aunque al final han caído cuatro gotas todos estábamos muy preocupados. Muchos se llevaron los coches de aquí y apenas hemos dormido», pese a que tienen un servicio de vigilancia particular que han ampliado a las 24 horas del día y a que el vigilante tenía instrucciones para despertar al vecindario en caso de tromba.

A media mañana dos operarios de Aguas Municipalizadas enviados por el Ayuntamiento revisaban el portón de hierro del garaje que la comunidad instaló en 2001, tras la primera inundación que sufrieron, y que el pasado 21 de septiembre no pudo resistir la presión de los millones de litros de agua que se embalsaron a la entrada de la urbanización.

Junto a los operarios de Aguas estaban varios vecinos, el conserje que ha coordinado las tareas de limpieza de los garajes que aún continúan y el administrador de la urbanización, Francisco López Romá. «Van a reforzar los anclajes en la parte central de la compuerta y en la zona intermedia, y sujetarla mejor al suelo para que resista otra posible avenida». Por la tarde acudió un equipo de herreros para apuntalar el portón.

Frente al desamparo inicial con que se encontraron los afectados - la última de ellas ayer para ofrecerles el refuerzo del portón - . Todo ello mientras los técnicos estudian una solución al problema de esta urbanización que se anega cuando llueve fuerte como puede ser rebajar el nivel de un vial próximo para desviar el agua a una zona verde. El administrador indicó que «bajar la cota de la calle es una posibilidad pero debajo hay mucha instalación eléctrica que habría que reconducir», mientras el vicepresidente precisaba que «en breves días estará el dictamen pericial de la mejor solución para la evacuación de aguas. Les hemos dado - al Consistorio - un margen de confianza pero en ningún

Dos semanas han tardado los equipos contratados por los vecinos en limpiar todo el lodo de los garajes y en sacar los enseres de los trasteros. Ahora están a la espera de que sequen las paredes para terminar de limpiar y baldear, así como para desinfectar puesto que en la zona hay muchos mosquitos atraídos por la humedad.

La comunidad ha cifrado las pérdidas a causa de la inundación de hace dos semanas en seis millones de euros, sin contar los 24.000 que costó la extracción del agua, los 50.000 de la limpieza a cargo de una brigada de doce personas, los 15.000 de la instalación eléctrica estropeada y los 6.000 de las cámaras de seguridad que se echaron a perder.

En Míriam Blasco los vecinos comentaban ayer con temor la previsión de nuevas lluvias. Muchos de ellos han optado por no aparcar los coches en los garajes que se inundaron hace dos semanas, donde además el olor a humedad es insoportable.

En la Playa de la Albufereta, muy afectada por el último temporal, el Ayuntamiento ha vallado el socavón de seis metros de profundidad causado al parecer por el material de obra de las empresas que trabajan en la zona y que obstaculizaba la salida del encauzamiento al mar. El baño está prohibido hasta que se retiren los materiales peligrosos hallados por los buzos de los bomberos dentro del agua.

Pese a la alerta, la tormenta en la provincia fue ayer escasa y sólo cayeron 32 litros por metro cuadrado en Guadalest y 23 en La Vila, según el Centro Meteorológico, que espera una mejoría progresiva del tiempo de sur a norte para hoy y el riesgo de lluvia, aunque persiste, es menor.