Retratos urbanos

Pendiente de las estrellas

Juan F. Navarro Llinares es profesor de Matemática Aplicada en la Universidad de Alicante y experto investigador de galaxias estables e inestables

Juan F. Navarro Llinares posa en el estudio de su domicilio.

Juan F. Navarro Llinares posa en el estudio de su domicilio. / INFORMACIÓN

Pepe Soto

Su trabajo como investigador en la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Alicante (UA) se centra en un modelo simplificado de la galaxia, que presenta dos aperturas de escape, dos ventanas comunicadas amablemente, más o menos, dice. Además de buen profesor, está en otras órbitas, en galaxias inestables y cerca de las estrellas, sobre todo para que no se marchen con demasiada energía del cielo que miramos en generosas noches claras. Mecánica Celeste; calor y energía. Agujero negro, a parte. Ahí anda, en su pasión, entre ordenadores, matemáticas, la geometría y el espacio, desde que de chaval vio en una sala de cine la película «Regreso al futuro» de Robert Zemeckis. Tenía 12 años y los ojos muy abiertos, entre el espacio y el arte. Desde hace nueve meses, su mayor preocupación es el cuidado de su hijo.

Juan Francisco Navarro Llinares (Alicante, 1973) es hijo de sastre y de funcionaria del Estado. Vecino de Campoamor, estudio en el colegio publico Tossal y siempre con buenas notas se hizo bachiller en el instituto Miguel Hernández. En la Universidad de Alicante se licenció en Ingeniería Informática, en la Uned estudió Ciencias Físicas. Es doctor en Matemáticas desde 2002 con la tesis «Teoría analítica de rotación de la Tierra rígida mediante manipulación simbólica específica» con premio extraordinario, trabajo que formó parte del proyecto «Pinpoint positioning in a wobbly world» galardonado con el Premio Descartes de la Unión Europea.

Imparte docencia en el departamento de Matemática Aplicada y es miembro del Grupo de Geodesia y Dinámica Espacial de la UA, así como de la International Astronomical Union. Su trabajo de investigación se centra en algunos problemas relacionados con la Mecánica Celeste, como el escape de partículas de potenciales galácticos y el problema de «N», cuerpos en su configuración central; es decir, determinar los movimientos individuales de un grupo de partículas materiales que interactúan mutuamente según las leyes de la gravitación universal de Isaac Newton. Y ha escrito varios libros sobre cálculo diferencial y sentimientos.

En 1998 realizó su primera estancia de investigación en el departamento de Matemáticas de la Universidad de Namur (Bélgica), donde trabajó durante tres años con Jacques Henrard, uno de los padres de la Mecánica Celeste moderna. En ese primer encuentro estudiaron las estructuras geométricas que determinan el escape de una estrella de una galaxia. Este encuentro supuso para él un hito que ha influido de una forma determinante en su carrera científica. Su colaboración con la Universidad de Namur se desarrolló hasta el año 2012; en ese periodo han abordado varios problemas en el campo de la Mecánica Celeste, como el estudio del problema de tres cuerpos, el problema de Hill o el estudio analítico de la rotación de Mercurio, este último problema en el marco de la misión espacial «BepiColombo» de la Agencia Espacial Europea. Desde hace unos años, su actividad científica se ha centrado en el estudio del problema del anillo de cuerpos, que modela el movimiento de una partícula puntual sometida a la interacción gravitatoria de «N», cuerpos que ocupan los vértices de un polígono regular de lados y que rotan con velocidad angular constante alrededor de otra materia más masiva que ocupa el centro de masas del sistema. Este problema ha servido para explicar, por ejemplo, la presencia de los anillos de Saturno, según dice.

Nueva carrera. En 2012 obtuvo la licenciatura en Bellas Artes por la UMH (primer premio nacional). Ha participado en múltiples exposiciones colectivas e individuales. Durante algo más de 4 años dio vida a un espacio de arte en el margen, «La Peluquería», que tenía como objeto ayudar a articular el tejido artístico de la ciudad de Alicante, y se convirtió en un lugar de exhibición, producción y experimentación por el que pasaron más de 30 artistas de todo el mundo. Como artista, su interés se centra principalmente en el uso del lenguaje para construir sinsentido. Combina su trabajo en Mecánica Celeste con su creación de sentido estético. En «Fabrication of (non) sense», fabricó un resultado científico verosímil que difundió en una revista científica con revisión por pares del área de Matemática Aplicada y posteriormente mostró el proceso de fabricación del resultado ‘falso’ en algunos espacios de arte contemporáneo como el MUA o la Casa Bardín, aunque sembrando siempre la duda sobre la veracidad del resultado para, de este modo, cuestionar también el propio sistema del arte. «A kind of outer space» se compone a partir del estudio del escape de una estrella del pozo de potencial de una galaxia con un agujero negro ocupando su centro. En la actualidad, se encuentra en el proceso de gestación de «La Otra Casa», un espacio rural de arte contemporáneo que responde a una de sus pocas convicciones: el futuro será rural o no será.

También le interesa la música, graba discos regularmente, le gusta Lapido, Wilco, Quique González, el cine de Hong Sang-soo, Eric Rohmer, Woody Allen y Dan Sallit. Uno de sus muchos «guilty pleasures» son los cómics de Tintín. Sus preocupaciones se extienden por el espectro de las cosas: el auge de la extrema derecha en Europa, el genocidio del pueblo palestino ante la impasibilidad del mundo, la introducción de la Inteligencia Artificial en todos los ámbitos de la existencia, el modo en el que las ‘nuevas’ pedagogías han eliminado el conocimiento del sistema educativo, cómo el turismo masivo hace imposible la vida de los habitantes de las ciudades, los efectos del clima, el negacionismo del cambio climático, el modo en que los medios de comunicación se han convertido en vectores de difusión de ‘fakenews’ y el poder «insondable» de la Iglesia.

El científico, vinculado al mundo plástico y consciente de la importancia de materializar las matemáticas para su comprensión, está interesado en la representación geométrica de estas investigaciones. Como señala, «en general, una de las cosas de las que adolecen estos estudios es de representar visualmente este tipo de estructuras de una forma adecuada».

No se considera ni matemático ni artista. Está casado con la fotógrafa Carla Vidal, la pareja tiene un hijo, Pau, de nueve meses. Está preparando la asignatura de álgebra lineal, que el próximo curso impartirá a la primera promoción de universitarios del grado de Ingeniería Aeroespacial en el campus de San Vicente del Raspeig. Con los pies en el suelo, su mirada siempre está pendiente de las estrellas.