El pavimento de Alicante parece cada vez más un gruyer. Los agujeros proliferan en calzadas sobre todo y en algunos casos en las aceras sin que el Ayuntamiento los repare. A lo sumo los señaliza con vallas para advertir a conductores y peatones.

El barrio más afectado en Carolinas, donde al menos hay cuatro socavones en zonas muy transitadas. Uno de ellos lleva más de dos años en la calle Otilio Serrano, otro un año en Doctor Buades y un tercero más de dos meses en el Garbinet, éstos dos últimos en la calzada en zonas de mucho tránsito, de salida hacia Conde Lumiares la primera de estas calles, y la tercera una de las principales vías del barrio. El mismo problema se sufre en Rafael Asín.

Hay quejas porque la gente tira basura y salen bichos, sobre todo en el agujero de Otilio Serrano. Desde la oficina de una aseguradora próxima han llamado varias veces a la Policía Local así como vecinos y les hacen, afirman, caso omiso. La asociación de vecinos de Carolinas Altas-Bola de Oro está molesta por considera que el Ayuntamiento les tiene abandonados y dejados de la mano de Dios. "Es un barrio muy populoso, donde vive mucja gente. Se limitan a poner vallas para señalizarlos y han hecho algún parcheo pero se han vuelto a abrir ya que dicen que para arreglarlo bien tendrían que hacer catas y levantar toda la calle, una gran obra con una inversión mucho mayor", explica el presidente de la asociación vecinal, Joel Montoro.

El problema también es que, según denuncian, en el barrio han quitado 200 plazas de aparcamiento para dejar solo en un lado de las calles. "La falta de aparcamiento se agrava en las calles donde hay agujeros porque quitan más plazas de estacionamiento para que los coches puedan rodear las vallas".

En Ciudad de Asís también hay un agujero que lleva más de un año en la acera de la calle Jaime Niñoles, a la altura del número 36. Según Pedro González, vecino de la zona, un trabajador de la limpieza tapó con una madera y señalizó con un cono el boquete hace unos siete meses pero nadie ha ido a repararlo. Contó que a una mujer mayor con andador se le enganchó la rueda hace poco cuando pasaba sobre el agujero en una acera estrecha -por la calzada pasa el autobús- y a punto estuvo de caerse.

Mención aparte merece el agujero de la calle Moncada, en Virgen del Remedio, que lleva varios años y que ahí sigue pese a las numerosas protestas del grupo Teatro de Esquina.