Polvo de oro para los lavacoches. La lluvia de barro que cayó el fin de semana sobre Alicante (madrugada del domingo), Elche y muchos municipios de la provincia ha supuesto un filón económico para las gasolineras que disponen de servicio de lavacoches y para los establecimientos especializados, que desde el domingo por la mañana están haciendo su agosto.

El barro que cayó sobre Alicante no sólo manchó terrazas y piscinas, sino que se cebó en los coches aparcados en la calles. Desde entonces las colas vehículos en los lavaderos recuerdan a las que se formaban en las gasolineras ante una huelga en el suministro.

La lluvia será de barro se produce debido a la acumulación de polvo en suspensión del Sahara. Según los expertos, el fenómeno de la lluvia de barro se da a lo largo del año, aunque en las regiones del Mediterráneo es más frecuente en verano porque hay más tormentas.

Según Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, fue la lluvia de barro más intensa desde mayo de 1993. En los últimos 30 años estos episodios se han multiplicado por tres. De diez episodios al año se ha pasado a 30 de media.