La exdirectora de la Ciudad de la Luz Elsa Martínez entregó ayer un sobre en la Fiscalía con supuestas pruebas sobre el presunto intento de compra de voto de la concejala tránsfuga Nerea Belmonte, para que apoyara a la candidata socialista como alcaldesa de Alicante tras la dimisión de su compañero Gabriel Echávarri. Un voto a favor de Eva Montesinos que al final no se produjo, resultando aupado a la Alcaldía el popular Luis Barcala gracias a la papeleta en blanco de la expodemita, que provocó así el cambio del color político en el Ayuntamiento a falta de un año del final del actual mandato.

En el pleno municipal celebrado a finales del pasado mes, el primero de Barcala como alcalde, Belmonte aseguró haber recibido la oferta de un sueldo de 3.500 euros y un puesto en las próximas listas a cambio de apoyar a la candidata socialista, que finalmente se quedó a un voto de ser alcaldesa. En aquel pleno la edil se limitó a negar que el ofrecimiento le hubiese llegado desde el PP, por lo que todas las miradas se volvieron hacia la izquierda y, especialmente, al PSOE, que lideró las negociaciones previas a la investidura que tuvo lugar el pasado 19 de abril tras intensas jornadas de conversaciones entre los grupos de izquierda, y también con Belmonte y su entorno más próximo, donde se encuentra la exdirectora del complejo cinematográfico.

Fue la propia Elsa Martínez, amiga y asesora personal de la edil durante los contactos previos al pleno de investidura, la que llevó en mano el sobre a mediodía de ayer hasta la sede de la Fiscalía, que investiga el supuesto intento de compra del voto tras una denuncia presentada por dos ciudadanos, uno de ellos el exdirigente vecinal José Luis Valdés.

Entre los documentos presentados podría haber pantallazos de WhatsApp y listados de llamadas con los que la edil, que concurrió a las elecciones en la lista de Guanyar (de donde fue expulsada hace más de dos años tras adjudicar contratos menores a una empresa de su entorno) pretende probar que desde las filas socialistas intentaron comprar su voluntad a cambio de asegurarse la continuidad en la Alcaldía.

Tal y como publicó ayer este diario, en la declaración que durante más de dos horas prestó Belmonte el jueves ante los dos fiscales Anticorrupción de la provincia, Felipe Briones y Pablo Romero, puso varios nombres sobre mesa, entre ellos el del exsenador Ángel Franco, a quien implicó en estos hechos.

El exdirigente socialista, que mueve los hilos de la agrupación local durante los últimos veinte años, negó ayer cualquier intento de comprar el voto de Belmonte, que formó parte del tripartito de Alicante durante algo más de medio año, antes de ser expulsada de Guanyar y, en consecuencia, del gobierno dirigido por la izquierda. «Niego de forma rotunda las insinuaciones de la señora Belmonte. Al mismo tiempo, me pongo a disposición del fiscal para contestar cuantas observaciones me haga», señaló ayer Franco, quien supone que será citado por el fiscal tras la comparecencia de Belmonte el pasado jueves.

El exsenador, que podría haberse reunido en privado con Elsa Martínez antes del pleno de investidura que acabó con el popular Barcala al frente de la Alcaldía, eludió ayer pronunciarse sobre supuestos encuentros con la edil, con su amiga o con ambas. «Esa cuestión la manifestaré ante el fiscal cuando me llame», se limitó a afirmar el socialista a preguntas de este diario.

Las indagaciones de Anticorrupción para esclarecer este asunto podrían no quedarse solo en el PSOE y alcanzar también al PP para determinar las circunstancias que rodearon el voto de la edil tránsfuga, que acabó favoreciendo a la formación conservadora.

Ayer, durante un acto de memoria histórica, justo un día después de que Belmonte, acompañada por su amiga Martínez, acudiera a Fiscalía, los exsocios del tripartito dudaron sobre las palabras de la tránsfuga y señalaron al PP, por ser el beneficiario del pleno de investidura. Desde Cs, reclamaron que se esclarezca la situación, mientras que el alcalde, Luis Barcala (PP), pese a la insistencia de los medios, prefirió no atender.