El Ayuntamiento de Alicante, a través de la concejala de Turismo y Playas, la popular María Carmen de España, anunció ayer que estudia la colocación de redes para proteger de la carabela portuguesa la zona de baño de las playas de la ciudad, además de barajar el posible uso de drones para vigilar y detectar esta especie tóxica que ha roto por completo la tranquilidad de las costas alicantinas durante la última semana.

«Estamos viendo de colocar alguna red para que proteja [las playas] porque las medusas están en superficie y así no entrarían en las zonas de baño», señaló ayer De España, quien no concretó más detalles sobre una posible iniciativa para reducir el impacto de la llegada de carabelas portuguesas a las playas. «Estamos valorando si sería para algunas playas. También hemos hablado con Costas, porque estarían implicados. Hay que saber qué redes y qué medidas para que las medusas no entren en la zona de baño», señaló ayer la concejala de Turismo en una intervención ante los medios en la playa del Postiguet, que al igual que el resto de la ciudad están cerradas por la ausencia de socorristas entre semana hasta que el próximo 1 de junio empiece la «temporada alta» en el servicio de salvamento de Alicante. Desde ese día, todas las playas tendrán vigilancia durante los siete días de la semana el 15 de septiembre.

La edil De España, además, también puso ayer sobre la mesa la posible utilización de drones para inspeccionar las playas de la ciudad, aunque sin tampoco más detalles: «Vamos a ver de utilizar algún dron para que haga batidas de las zonas». Según un comunicado del Patronato municipal de Turismo, el servicio de salvamento ha patrullado este fin de semana, en San Juan y el Postiguet, de forma periódica la lámina de agua de la zona de baño y la contigua.

«Hay que tener en cuenta, que al contrario de otras medusas, tiene una parte fuera del agua y es más fácil de detectar», apuntaron desde el Ayuntamiento, que añadieron que «los socorristas estudian la dirección del viento y corriente, ya que las carabelas portuguesas no deciden dónde van, sino que son las corrientes y el viento quienes las mueven».

Desde el Atlántico

El cambio climático es el responsable de que nos tengamos que ir acostumbrando a la presencia en el mar mediterráneo de especies de medusas más propias de otras aguas. La carabela portuguesa es, por actualidad, el ejemplo más palpable. «El aumento de la temperatura del mar está haciendo que se incremente la reproducción del denominado plancton gelatinoso, que son las medusas», explica el catedrático del departamento de Ciencias de Mar de la Universidad de Alicante, Alfonso Ramos. Las corrientes marinas están haciendo el resto y trayendo hasta nuestras cosas a este ejemplar más propio del Atlántico.

Ramos señala que la carabela portuguesa no es la única medusa propia de otras aguas en arribar al Mediterráneo y enumera otras tres especies que ya han sido avistadas. Se trata de la «cassiopeia» o medusa invertida, común en litorales de escasa profundidad del Golfo de México y el Caribe; la «phyllorhiza», o medusa de puntos blancos, originaria de los mares tropicales australianos y por último la «rhopilema», que ha accedido al Mediterráneo a través del Canal de Suez y que ya ha provocado bastantes problemas a los bañistas en el Mediterráneo oriental, en concreto en las costas de Egipto e Israel.

De estas tres especies invasoras, la rhopilema es, según Ramos, la única cuya picadura reviste cierto riesgo para el hombre. Por su parte, la bióloga y directora de la empresa Medusea, Ana Gordillo, apunta también al aumento de los plásticos en el mar como otro factor para que vengan especies de medusas propias de otras aguas. «Las medusas tienen una fase de pólipo, en la que se fijan en cualquier superficie para desplazarse a otras zonas».

Mientras, el Ayuntamiento de Benidorm y el de La Vila decretaron ayer la prohibición de baño en sus playas. En el caso de Benidorm se tomó esta decisión al detectarse un ejemplar de carabela. La medida se mantendrá hasta hoy o hasta que se compruebe que no hay riesgo para los bañistas y usuarios de las playas. Ayer ondeaba la bandera roja y la que alerta de la presencia de medusas en las playas en las que se pudo ver a usuarios tomando el sol en la arena pero sin entrar al agua. En el caso de La Vila se han localizado cuatro ejemplares en los últimos días en tres playas.

Previsiblemente, el jueves pueden cambiar los vientos de levante, que son los responsables de traer hasta la costa los ejemplares de carabela, según las predicciones hechas por el Instituto de Ecología Litoral al Ayuntamiento de El Campello, municipio que ayer seguía con sus playas cerradas.

En la ciudad de Alicante ayer volvieron a cerrar todas las playas ante la amenaza de que puedan llegar nuevos ejemplares y debido a que entre semana en mayo no hay servicio de socorrismo. El pasado fin de semana fueron 6 las medusas carabela sacadas del agua. En Elche continúan también cerradas todas sus playas como medida de precaución. En otros municipios se permite el baño pero se advierte por precaución de la posible presencia de medusas, como Guardamar del Segura, Torrevieja y Pilar de la Horadada.

En la playa de La Mata, en Torrevieja, ayer por la mañana varios surfistas a remo detectaron hasta cinco ejemplares de grandes dimensiones flotando a menos de cien metros de la orilla. Ya sobre la arena los servicios municipales retiraron a otros tres. A lo largo de esta playa ondea la bandera roja y la de alerta de la presencia de estos animales. Un cierre de la playa que se prolonga desde el pasado sábado por la mañana. En el resto de playas de Torrevieja ondea la bandera amarilla y la de presencia de medusas a modo preventivo. A falta de un servicio de socorrismo activo a estas alturas del año es Protección Civil la que está alerta por la presencia de carabelas.

Cautela en el turismo

Decenas de kilómetros de costa cerrados a escasas fechas ya del comienzo de la temporada alta del sector turístico no trasladan ningún mensaje optimista a todos aquellos turistas que estén pensando pasar unos días en la Costa Blanca. Esta es la reflexión que trasladaron ayer desde el sector que, día tras día, se desayuna con un nuevo avistamiento de un ejemplar de la ya célebre carabela portuguesa, tan exótica como molesta.

Isabel González, presidenta de la Asociación Provincial de Hoteles de Alicante, subrayó, en este sentido, que «no es una buena publicidad, por supuesto, pero también es cierto que de momento no hemos tenido ni reclamaciones ni quejas de los clientes, como sí sucedió hace un par de años. Está claro que es difícil explicar a un turista que baja a la playa, se encuentra con la bandera roja y el mar en calma y la única información que tiene es la que le damos en el hotel, donde tampoco somos expertos».

Desde Benidorm, Nuria Montes, secretaria general de Hosbec, se unió también a la prudencia. «Mensaje de tranquilidad y de prudencia y seguridad. Es una situación que pasará pronto y son situaciones excepcionales que se tratan con medidas excepcionales para garantizar precisamente la seguridad de los bañistas. Hasta el momento no se ha transmitido ninguna incidencia de cancelaciones ni similares. Estaremos atentos a la evolución de los próximos días y esperamos que las carabelas se vayan a su sitio y desaparezcan».

Javier García, vicepresidente de Hosbec y de la cadena Magic Costa Blanca también apeló a la prudencia. «Entiendo que es un hecho puntual localizado que en breve se superará. Puede pasar en cualquier sitio y, afortunadamente, en nuestra zona no es habitual».

Más vehemente se mostró José María Caballé, presidente de la cadena Servigroup. «La solución no es, por supuesto, vallar 118 kilómetros de playas por una invasión de medusas que son molestas, pero no estamos hablando de tiburones. En mi opinión lo que debiera hacerse es reforzar el operativo de vigilancia a pie de playa, sobre la arena, en el mar. Debe haber vigilantes y personal sanitario que atienda a los bañistas y, también, que esté preparado para intervenir ante cualquier incidente. Personal cada 300 metros, socorristas y salvamento».

El presidente del Patronato Provincial de Turismo, Eduardo Dolón, se sumó también a la teoría de la tranquilidad. «De momento no debe haber ningún motivo para el nerviosismo porque los ayuntamientos están tomando las medidas adecuadas y no podemos generar alarma. No obstante, tenemos que estar atentos para ver si este hecho puntual va a más y entonces debiéramos tomar otro tipo de medidas. No creo que afecte a la temporada turística. Siempre hemos tenido medusas y, según sus biólogos, el que las haya significa que el agua esté en perfectas condiciones».

En relación al turismo también se pronunció el alcalde de Alicante, Luis Barcala, para quien «estas cosas se tienen que tratar con más responsabilidad porque se generan alarmas que son muy perjudiciales, sobre todo para la imagen de Alicante y de su turismo».

Por su parte, la Asociación de Empresas Turísticas de Elche ha descartado que el cierre de las playas haya podido afectar negativamente al turismo por ahora. Es más, antepusieron la seguridad ante todo. «Las cancelaciones hoteleras este fin de semana han sido las habituales», según apuntó la presidenta de este colectivo, Esther Guilabert.

Consideraron también que las medidas preventivas son necesarias. También desde la patronal del sector servicios en Elche coincidieron en este sentido. La Asociación de Empresas del Sector Servicios de Elche y Comarca apuntaron a que las medidas de protección son las que deben ser, pese a que circunstancias como éstas han puesto a la provincia en el mapa.