El líder de una banda terrorista planea entrar en Europa junto a un grupo integrado por otras cuatro personas. Van armados y repartidos en dos furgonetas. Manipulan su munición mientras, sumergidos en el agua del Puerto de Alicante, buzos de las Fuerzas Armadas avanzan sin dejar ni rastro. Este podría ser fácilmente el arranque de escena de una película de acción, pero se trata del simulacro de actuación por mar y tierraque realizaron ayer por la mañana 40 soldados en la zona de la Volvo, donde un público de cerca de 1.500 personas observó la maniobra con atención.

De repente y por sorpresa, cinco buzos asoman la cabeza a orillas del muelle de Levante. Hasta el momento habían pasado desapercibidos al emplear equipos que no crean siquiera burbujas en el agua. Empuñan sus armas y comienzan los disparos.

En el centro del recinto, frente a las personas que acaban de jurar bandera y el público que ha ocupado la barandilla del Paseo Volado, «los malos» se preparan para responder a la actuación de las Fuerzas Armadas. Se trata de una célula terrorista y la misión del cuerpo es localizar y capturar a su líder.

Tras la actuación de los buzos, se inicia un cruce de disparos. Los terroristas utilizan las puertas de las furgonetas para cubrirse y en escasos segundos entran en acción veinte soldados más repartidos en varios vehículos.

El movimiento cobra un realismo espectacular. Bajo un sol de claro domingo de playa, el sonido de las balas simuladas y el derrape de los coches crean un ambiente de conflicto real. Sobre el escenario ya hay alrededor de 30 soldados, y todavía queda despliegue.

Un perro asoma por uno de los vehículos que se aproxima a toda velocidad a la zona de conflicto. Al llegar, inicia una carrera tras el sospechoso, al que trata de reducir -el supuesto terrorista viste un traje especial para evitar las mordeduras-. La maniobra parece estar controlada por los intervinientes visibles, pero además, aunque el público no lo divise, un francotirador afina su «puntero» desde lo alto del hotel Tryp Alicante Gran Sol, a bastante distancia del supuesto objetivo pero con todavía precisión de disparo.

Finalmente logran reducir al líder del grupo terrorista. En ese momento, dos embarcaciones semirígidas llegan al muelle con el objetivo de trasladarle vía marítima. Para sorpresa del público, la fiesta alicantina se cuela entonces en la maniobra a través de una de sus representantes. Sofía Escoda, Bellea del Foc durante las últimas Hogueras, embarca junto al líder en una de las lanchas, que arranca con fluidez para perderse en el mar.

Un ejercicio impresionante y capaz de robar la plena atención de los asistentes durante unos minutos, con solo dos elementos a lamentar: la ausencia final de un helicóptero en la maniobra por «problemas técnicos» y, aún más importante, la baja de un compañero alcanzado por una bala. Una bala de mentira, claro.