?Aunque los radares aún no funcionen, la velocidad está limitada a 50 por hora en toda la avenida, de lo que informan señales y carteles luminosos. Ayuda esa reducción de velocidad a evitar accidentes, pues el trazado de los carriles se hizo más sinuoso para insertar el carril bici. Despistarse un segundo puede suponer acabar con el coche empotrado en la senda ciclista, como ya ha ocurrido con algunos vehículos. Los bordillos están además llenos de marcas de pintura por los roces contra ellos.