Seiscientos mil euros de facturación y satisfacción general entre los hosteleros y los comerciantes de Alicante tras la visita ayer de tres cruceros al Puerto de Alicante de los que desembarcaron unos 5.000 turistas (aproximadamente el 70% del pasaje), que pudieron disfrutar de un día espectacular en cuanto al tiempo, descuentos en comercios, excursiones por toda la provincia y una oferta especial de 38 tapas ofrecidas por los 31 bares y cafeterías que se sumaron a la llamada de la asociación que impulsa el turismo de cruceros en Alicante. Agrupación de la que forma parte el Ayuntamiento, que aportó el único lunar: la avería del ascensor que da acceso al castillo de Santa Bárbara, principal icono turístico de la ciudad. Un asunto que, como recordó el alcalde Luis Barcala, viene de lejos, de años, pero que ayer salpicó a la actual corporación. La coincidencia de tres cruceros se sabía desde hace meses y nadie fue capaz de tener a punto el ascensor, lo que provocó que se tuviera que transportar a los turistas en autobús, incómodo para subir hasta el castillo.

Alicante, Benidorm, Elche, Novelda y Guadalest fueron los municipios que se beneficiaron de este aluvión de turistas que gastan alrededor de 50 euros por persona en su vista a la ciudad, y entre 50 y 140 si deciden apuntarse a alguna de las excursiones programadas, desde la visita a Guadalest a la cata de vinos en Novelda, pasando por un paseo por el palmeral de Elche.

Británicos, estadounidenses, canadienses y hasta brasileños desembarcaron en una cuidad que ayer, salvo el lunar del ascensor, mostró su mejor cara con intérpretes y personal dedicado a facilitar su paseo por la ciudad. Un casco urbano donde los cruceristas pudieron asistir a un espectáculo de danzas, mezclarse con los Nanos y Gegants y contemplar una improvisada exposición de ninots en la avenida de la Constitución.

Comerciantes y hosteleros también se volcaron con los cruceristas. Más de 400 comercios ofrecieron descuentos especiales y una treintena de bares y restaurantes elaboraron tapas para la ocasión. Según Francesco Balbi, director de la Terminal de Cruceros, la visita de un crucero deja 300.000 euros en la ciudad y posibilita la creación de 700 empleos directos e indirectos, lo que convierte al turismo de cruceros en uno de los grandes atractivos para una ciudad y su Puerto, que cerrará este año con 54 escalas y 101.793 pasajeros, de los que el 70% baja a la ciudad y un 25% contrata excursiones.

Balbi se mostró satisfecho porque «los cruceristas han encontrado una ciudad volcada en su atención y preparada para consolidarse como un destino puntero y atractivo para este segmento». El próximo crucero que atracará en la terminal será el Azamara Journey el 1 de junio con 700 pasajeros.

Emi Ortiz, secretaria general de la Asociación Provincial de Hostelería, que sumaba por primera vez a una operación de este tipo, apuntó que «al margen del impacto económico que pueda tener para los establecimientos una jornada como hoy, que es pronto para valorarlo, lo importante es la imagen que podamos ofrecer y que les anime a volver y así pernoctar más tiempo en Alicante».

Por su parte, el alcalde, Luis Barcala, valoró positivamente la llegada de los cruceristas, ya que se trataba de dar contenido a la visita y con «pequeños detalles hacer agradable su estancia». El primer edil apuntó que el objetivo era parar la sangría de la salida de los cruceros. «Tenemos que trasladar que Alicante ese una ciudad atractiva para los cruceristas y así convencer a las compañías que se han sido a que vuelvan y evitar nuevas salidas».

El problema del ascensor

Sobre la enésima avería del ascensor que permite el acceso al castillo de Santa Bárbara desde la playa del Postiguet, Barcala subrayó que el dispositivo de lanzaderas en autobús es provisional, admitió que es un tema que debía haberse solucionado hace años y anunció que se va realizar un informe técnico para solventar de forma «definitiva» un problema que se presenta «periódicamente». Los problemas en los accesos al Castillo de Santa Bárbara por la avenida Juan Bautista Lafora son continuos, entre parones en el servicio por diferentes averías o «trabajos de mantenimiento». En al menos 15 ocasiones, desde finales de 2016, los elevadores que permiten subir al Castillo de Santa Bárbara por la zona de la playa del Postiguet han estado sin servicio. Durante el pasado año, los perfiles públicos de la Concejalía de Cultura informaron en siete ocasiones de que los ascensores no estaban en uso para acceder a la fortaleza, en los meses de enero, abril, julio, agosto, septiembre, octubre y noviembre. La interrupción del servicio, además, se ha producido en varias ocasiones en fechas destacadas para una ciudad como Alicante, al coincidir con periodos vacacionales en los que la frecuencia de turistas se incrementa, como sucedió ayer.