Los agricultores de la provincia, respaldados por los de toda España, plantearán este martes en Torrevieja a la ministra de Agrictultura, Isabel García Tejerina y al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, la urgencia que tiene el país de redactar un nuevo Plan Hidrológico Nacional tras constatar, un invierno más, que en España se han ido miles de millones de litros de agua al mar mientras las zonas donde se cultiva y exporta el 90% de la agricultura nacional siguen lastradas por la sequía.

José Andújar, presidente de la Federación de Comunidades de Regantes hablará en nombre de un colecitivo de mil profesionales que se reúnen en el Congreso Nacional. Para Alicante, Murcia, Valencia, Castellón y Almería, es clave que, de una vez por todas, se produzcan la necesaria interconexión de las cuencas hidrográficas en una decisión que, según subrayan los agricultores, debe ser técnica y no política.

La agricultura de la provincia llega al congreso nacional sin resolver su tran problema estructural: la falta de agua en calidad y cantidad. En total, la Comunidad Valenciana mueve al año 3.300 millones de euros siendo las naranjas, limones, pimiento, tomate, lechuga, sandías y uva de mesa, los productos más demandados en Europa, según la Federación Española de Empresas Exportadoras de Frutas y Verduras.

Un 35% de la facturación corresponde a la provincia de Alicante donde 116.029 familias trabajan directamente en el sector hortofrutícola y, por ende, dependen, sobre todo, del agua que llega todos los años desde el Tajo. Este es el escenario de un sector eminentemente exportador -más de 1.000 millones de euros al año- que tradicionalmente ha estado abandonado y olvidado por la Administración pese a ser capital y, en estos momentos clave, debido a su importancia como exportador y la demanda de los productos alicantinos en toda Europa.

Los regantes se encuentran ahora, además, con la firme decisión del Gobierno de rentabilizar las desaladoras que criminalizó en la oposición y para las que, paradójicamente, firmó un crédito de 500 millones con el Banco Europeo de Inversiones en 2012. Ahora mismo, los agricultores pagan el agua del Tajo a 0,09 euros el metro cúbico, mientras que la desalada se ofrece a 0,36 euros subvencionado.

Alicante se juega más de mil millones de euros al año (casi 167.000 millones de las antiguas pesetas) si al final se impone la tesis Castilla-La Mancha y Madrid, y se eleva la reserva de agua en el Tajo a partir de la cual no se enviará caudal a Alicante por el trasvase Tajo-Segura. El agua del Tajo es irrenunciable y no se puede sustituir por la desalada, ocho veces más cara.

Daños por el tiempo

Por otro lado, según el balance de Agroseguro, el impacto de los distintos eventos meteorológicos que han ocurrido estos primeros meses del año se traduce en una estimación de indemnizaciones de 196,30 millones de euros y en 209.287,07 hectáreas afectadas según los partes de siniestro recibidos hasta el momento. Entre los eventos climáticos que más están afectando al campo español destacan las heladas, las tormentas de pedrisco y los reiterados temporales de lluvia y viento ocurridos a lo largo de todo el invierno.

La producción de fruta ha resultado ser la más perjudicada por la adversidad meteorológica del primer cuatrimestre del año. Las bajas temperaturas registradas a finales de febrero y que posteriormente se repitieron en el mes de marzo causaron daños por helada en fruta temprana y extratemprana (sobre todo melocotón, nectarina y paraguayo).

Posteriormente las reiteradas tormentas de pedrisco caídas desde el comienzo del mes de marzo han vuelto a provocar daños en estas producciones. A todo ello, hay que unir que esta meteorología adversa ha ocasionado, además, daños por falta de cuajado. En total, hasta la fecha, la indemnización prevista asciende a casi 70 millones de euros.

Los cítricos se han visto también muy perjudicados por los distintos temporales de lluvia y viento que se repitieron durante los primeros meses del año y que además provocaron rajados, caídas y otras alteraciones en la piel de los frutos. También han sufrido daños por heladas. El resultado de estos fenómenos es una previsión de indemnización que asciende a casi 20 millones de euros.

Estas adversidades meteorológicas también han causado daños en otros cultivos como cereales, el caqui y las hortalizas, con un total de indemnización estimada que supera los 33 millones de euros.

A todo esto, hay que añadir que los sucesivos temporales de viento ocurridos desde el mes de marzo han ocasionado daños en el plátano de Canarias con casi 6 millones de euros de indemnización prevista; y en estructuras de invernadero de fresa, fresón y frutos rojos, así como en sus producciones, con una estimación de 3,5 millones.

Por último, del lado de los seguros pecuarios, destacan los siniestros de falta de pastos de los primeros meses del año, ocasionados por la falta de lluvias que se arrastraba desde el año anterior. En total 11,6 millones de euros estimados.