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Por el repunte de trabajos precarios

El absentismo se ceba entre los alumnos de 13 a 15 años por el repunte de trabajos precarios

La falta de motivación y de expectativas académicas para quienes no aspiran a una carrera provoca un abandono prematuro de las aulas

Estudiantes de Secundaria a la salida de clase. PILAR CORTÉS

Tiran la toalla en la formación antes de tiempo y fijan sus expectativas laborales en trabajos precarios. El absentismo escolar en la edad obligatoria de la enseñanza, hasta los 16 años, se ceba entre los alumnos de 13 a 15 años de edad, a quienes falta una motivación académica de futuro y ven una salida laboral fácil y rápida en pequeños trabajos que vuelven a aflorar con el ligero repunte de la economía.

Son conclusiones de expertos docentes consultados a la vista de los resultados de la última memoria elaborada por los técnicos de la Concejalía de Educación de Alicante, sobre el curso 2016-17, en el marco del programa de prevención del absentismo escolar.

Solo en la ciudad de Alicante las faltas continuadas a clase han aumentado entre los estudiantes de institutos de Secundaria en casi medio centenar de casos con respecto al curso anterior. Los 148 casos de absentismo escolar en Secundaria detectados en 2015-16 se han convertido en 184 durante el curso 2016-17.

Del total de casos reiterados de ausencia a clase que los propios centros educativos informan y derivan formalmente al Ayuntamiento para iniciar el protocolo de erradicación, con el conjunto de los servicios implicados en el programa -trabajadores sociales, técnicos educativos, psicólogos, policías locales, y Fiscalía-, y que ascienden a 233, el grueso se concentra en los cursos de Secundaria, los 184 ya citados frente a los 49 detectados entre alumnos de Primaria, desde los 6 a los 11 años de edad.

Y entre el grupo de los estudiantes de Secundaria, el mayor nivel de absentismo se concentra entre los jóvenes desde los 13 a los 15 años de edad, que reúnen más de la mitad del total del absentismo escolar detectado tanto en colegios como en institutos en toda la ciudad, con hasta 175 de los 233 casos globales.

Evolución

El total de expedientes recibidos sobre absentismo convierten la cifra en la más elevada de los últimos cinco cursos escolares. El curso 2011-2012 se alcanzaron los 311 casos en todos los centros educativos de la ciudad, y a partir de entonces las ausencias reiteradas a clase han ido fluctuando desde los 173 en el curso 2012-13 hasta los 233 actuales.

Al margen de los nuevos casos que se van detectando, en el equipo técnico municipal continúan trabajando con hasta 466 casos de absentismo que proceden de cursos anteriores y cuyo proceso de erradicación «no se ha dado por concluido o bien sigue existiendo riesgo de reincidencia a falta de un control más estrico en el ámbito familiar», como precisan los especialistas implicados.

Control

El equipo de profesionales advierte además de que se han llevado a cabo actuaciones concretas con otros 290 estudiantes a los que no se ha abierto expediente por absentismo, por haberlo controlado de antemano sin la exigencias de un seguimiento coordinado.

Informes policiales, visitas domiciliarias, reuniones con el centro escolar o entrevistas con las familias han bastado para que estos casos no pasaran a engrosar las cifras de absentismo.

Entre los que se han visto obligados a derivar al ámbito judicial después de esfuerzos continuados desde todos los ámbitos, 28 casos han llegado a la Fiscalía de Menores, 11 a los juzgados de instrucción y 22 a juicio definitivo por lo penal, por delito de abandono familiar.

Representantes en el Consejo Escolar Municipal por la federación de enseñanza de CC OO subrayan la necesidad de acelerar los procesos actuales de implantación de ofertas específicas de FP y de FP Básica «más ajustadas a las necesidades de estos alumnos, perfectamente identificadas por centros y zonas», afirma Francisco García.

Concluye que seguimos «sin alternativas reales» para que estos alumnos sigan en los centros, ante la falta de respuestas también sociales y laborales de calidad que eviten que se vean abocados a la economía sumergida.

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