El trago que ha pasado el secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, con la situación de Alicante tanto desde el punto de vista institucional -el PSPV perdió la Alcaldía el pasado jueves en favor del PP- como orgánico por la destitución de Eva Montesinos por parte de la dirección local socialista de Alicante se medio arregló ayer con la restitución de Montesinos como portavoz del grupo municipal. Para Puig, esta era la decisión que tenía que tomar la ejecutiva de los socialistas de Alicante, controlada por el exsenador Ángel Franco, para «que impere el sentido común». «Es un problema que no es fundamental, pero es una cuestión que preocupa porque en estos momentos necesitamos que Alicante recupere la normalidad, algo difícil porque tiene un alcalde con una minoría muy grande y que no representa la legitimidad de lo que salió en su momento», señaló ayer Puig en Alicante minutos antes de reunirse con representantes de entidades por la memoria histórica.

Precisamente el presidente de la Generalitat llegaba ayer a la Casa de las Brujas cuando los convocados a la ejecutiva local del PSPV-PSOE iban aterrizando en su sede de la calle Pintor Gisbert. Preguntado por qué esperaba de la reunión apeló al sentido común porque la decisión adoptada días antes por la dirección alicantina no beneficia, a su juicio, ni a los ciudadanos ni al partido. «No había motivo para ningún cambio. Ni para la sociedad ni para el partido», subrayó contundente. Los que le conocen hablan de que Puig ha estado «indignado» con esta decisión, como así lo ha estado también la ejecutiva provincial y hasta la federal, donde desde Ferraz salieron voces críticas ante el movimiento en la capital alicantina y ya se sopesaba, incluso, la posibilidad de crear una gestora.

Esta reacción unánime de las tres direcciones -provincial, nacional y federal- para dejar a Franco solo en su empeño de sustituir a Montesinos por Miguel Castelló y de mantener a familiares como asesores en el Ayuntamiento de Alicante llevó a la ejecutiva local a rectificar. Al menos en el asunto Montesinos. El tema de los asesores era ayer para Puig el menos peliagudo. Su objetivo era que Montesinos, a la que avaló como alcaldesa antes de que la tránsfuga Nerea Belonte la dejara con un palmo de narices mirando cómo el PP se hacía con la Alcaldía de la ciudad, se presentara al pleno municipal de hoy -el primero de Luis Barcala como alcalde de Alicante- siendo la portavoz del grupo municipal. Tras dos días de negociaciones y reuniones con la cúpula de la ejecutiva y con Franco, el «jefe» de la agrupación alicantina se echó para atrás en el asunto Montesinos, que volvió ayer a convertirse en portavoz del grupo.

El secretario general de los socialistas alicantinos se mostró todo el día confiado en que ese punto iba a salir adelante, como así ocurrió. Varias veces repitió que esperaba que se adoptara «una decisión razonable para la gobernabilidad del propio partido. «Quiero que se cumpla con lo que es la realidad social y la realidad política, con el sentido común», dijo ante las preguntas de los periodistas, que ayer le dispararon en todas sus intervenciones en València y en Alicante. «Hay una situación que no es querida para nosotros, pero creemos que se reconducirá», señaló el presidente varias veces, esperanzado en que las conversaciones previas iban a servir para algo.

Ximo Puig consideró que es importante «que cada uno actúe como factor de moderación y de progreso de la ciudad de Alicante, que se merece lo mejor». Preguntado por si descarta una gestora en el PSPV de Alicante, dijo antes de saber el resultado de la ejecutiva: «De momento vamos a ver cómo transcurren los acontecimientos. Yo espero que el sentido común impere», manifestó minutos antes de dar comienzo la cita de los socialistas. Insistió en que la opinión de la ejecutiva nacional del PSPV era clara y obvia, que era que Eva Montesinos tiene que ser la portavoz del grupo municipal.

«Responsabilidad insólita»

A las puertas de la Casa de las Brujas de Alicante, el presidente de la Generalitat Valenciana opinó que no es cierto que no haya hecho autocrítica por la situación de Alicante. «No sé si les parece poca crítica haber propiciado la dimisión de alcalde de Alicante», en referencia a la salida forzada de Gabriel Echávarri. «Lo del alcalde del Alicante era otra dinámica distinta a la de Sonia Castedo o Alperi», apuntó para añadir que el doble procesamiento de Echávarri no es por corrupción, sino «por cuestiones administrativas». «Hemos cometido errores que se han sustanciado en una responsabilidad política insólita en la democracia valenciana, porque nunca se había actuado así ante un caso que ni siquiera era corrupción», sentenció. El expresident de la Generalitat Joan Lerma declaró ayer también sobre el asunto de marras y dijo que apartar a Montesinos de la portavocía del grupo«no parece una decisión sensata, sino una cuestión que sorprende al ser elegida días antes para la Alcaldía».