Todo estaba preparado ayer por la mañana para oficializar por escrito en el Ayuntamiento de Alicante el intento del relevo en la Portavocía municipal del PSOE, tras la decisión de la Permanente socialista de colocar a Miguel Castelló en lugar de Eva Montesinos, quien no hace ni una semana fue la candidata socialista en un pleno de investidura en el que se quedó a un solo voto de ser la nueva alcaldesa de Alicante. Sin embargo, el PSPV intercedió a tiempo para detener, al menos por el momento, la caída de Montesinos orquestada por el exsenador Ángel Franco, que controla la agrupación local socialista. Según fuentes internas, desde la cúpula autonómica liderada por Ximo Puig se pusieron en contacto con los concejales del PSOE en el Ayuntamiento de Alicante para pedirles que no firmasen el documento que Carlos Giménez, el hombre de Franco en el grupo municipal, pretendía presentar en la Secretaría General de Pleno para que en la sesión plenaria de mañana, la primera con el popular Luis Barcala como alcalde, se aprobasen las nuevas remuneraciones para los miembros del grupo socialista tras su paso del ejecutivo local a la actual oposición.

En las dependencias municipales, los concejales socialistas (salvo Montesinos, que viajó a València para reunirse con el secretario de Organización del PSPV, José Muñoz) entraban y salían de los despachos y encadenaban conversaciones telefónicas, en ocasiones acompañados por algunos de sus asesores municipales. Entre los protagonistas de las reuniones se encontraba Miguel Castelló, que recogió su acta como concejal en el pleno del pasado jueves y que apenas cuatro días después se convertía en el elegido por Franco para ser el nuevo portavoz municipal. Ayer se negó a valorar la crisis interna surgida por la decisión de Franco de apartar a Montesinos, quien nunca ha estado entre sus afines. La todavía «voz» del grupo municipal socialista, que tampoco quiso hablar ayer, se desplazó hasta la sede del PSPV en València para explicar la situación vivida el pasado lunes en Pintor Gisbert, en donde intentó ser relevada en una Ejecutiva que, según fuentes socialistas, «no es vinculante» al no incluir en el orden del día el cambio en la Portavocía municipal. Entre las personas que sostienen esta teoría, además de históricos críticos con Franco, se encuentra el exalcalde de Alicante y ex secretario general, Gabriel Echávarri, quien ayer pidió a su sucesor en el cargo a nivel orgánico, Miguel Millana, que «recapacite y rectifique», en alusión al intento de destitución de Montesinos. «El acuerdo para proponer o mandatar al grupo municipal el cambio de portavoz debe ser incluido en el orden del día, por lo que ese acuerdo verbal, con notificación verbal a la ejecutiva y traslado al grupo, entiendo que no tiene validez ni vinculación alguna», señaló ayer Echávarri, quien se mostró crítico con el último movimiento orquestado por Franco, el que fuera su padrino dentro de la agrupación socialista. «El PSPV, a doce meses de elecciones [municipales y autonómicas], no necesita más ruido, necesita tranquilidad. Perdida la Alcaldía de Alicante, nos estamos jugando la Generalitat Valenciana», afirmó Echávarri a preguntas de este diario, que en cambio no pudo contactar con Millana. Según fuentes del PSPV, el actual secretario general del PSOE en Alicante también viajó hasta València, aunque por separado de Montesinos, para argumentar el cambio de la Portavocía a espaldas del presidente de la Generalitat y líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig, que esta tarde tiene previsto visitar Alicante con motivo de un acto sobre memoria democrática.

Dentro de la ley del silencio de los socialistas alicantinos, tampoco quiso defender su postura Fernando Marcos, muy vinculado a Eva Montesinos durante los casi tres años de gobierno municipal y que el lunes aceptó ser portavoz adjunto dentro del mismo movimiento que apartaba de la primera línea a la que fuera candidata socialista a la Alcaldía de Alicante.

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Franco desafía a Puig y releva a Montesinos como portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Alicante

Marcos, eso sí, fue el único concejal de la Permanente (en la que no está incluida Morales) que defendió que ahora, a cuatro días de un pleno de investidura en el que el PSOE se quedó a un voto de retener la Alcaldía, no era el mejor momento para relevar a Montesinos. Con sus palabras cayendo en saco roto, Marcos acudió a la posterior Ejecutiva en la que no volvió a defender el argumento expuesto minutos antes. Desde su entorno, y tras comprobar las consecuencias de la estrategia urdida por Franco, se movieron ayer para intentar paralizar el cambio al frente de la Portavocía socialista.

Fuentes municipales sostienen que, para que el alcalde de Alicante pueda firmar el decreto del relevo, el escrito de petición debe contar con las firmas de los seis concejales del grupo, entre las que se tendría que encontrar la de Montesinos. Así figura en los artículos 50.1 y 50.3 del Reglamento Orgánico de Pleno (ROP).