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Un abogado al que se le da bien pintar

El popular Luis Barcala accedió ayer a la Alcaldía al beneficiarse de la abstención de la edil tránsfuga Nerea Belmonte (ex de Guanyar y de Podemos)

Luis Barcala Sierra: Un abogado al que se le da bien pintar

Se mordió el labio superior, miró hacia el techo del Salón de Plenos y cerró los ojos. Todo valía para intentar contener la emoción al saberse nuevo alcalde de su ciudad. Luis Barcala (Alicante, 1962) se convirtió ayer en el cuarto militante del PP al frente del Ayuntamiento de Alicante, tras Luis Díaz Alperi, Sonia Castedo (con quien entró en la corporación municipal en 2011, ya iniciado el pasado mandato) y Miguel Valor. El veterano político siguió en directo, desde posición privilegiada, el pleno de investidura. Fue uno de los primeros en felicitarle, aunque se le adelantó la senadora Asunción Sánchez Zaplana, ávida de ser de las avanzadas en abrazar al nuevo alcalde nada más acabar la interpretación de los himnos de Alicante, de la Comunidad y de España. Terminada la investidura, Castedo llamó por teléfono a Barcala para felicitarle. «Estoy segura de que va a ser buen alcalde», apuntó la exregidora, quien presume de una «buena amistad» con el nuevo regidor, con quien compartió bancada algo más de tres años. Esa sensación de futuro es compartida por su gente más próxima, que insiste en que no es tan rudo como aparenta. «Es un tipo sensible, lo ha demostrado al emocionarse al ser elegido nuevo alcalde», apuntaba ayer uno de sus colaborares más cercano, quien aseguró que Barcala se mostró antes de empezar la sesión, a primera hora de la mañana, más tranquilo que en muchos plenos ordinarios, donde está en juego poco más que un titular.

El popular, al igual que su antecesor en el cargo, se licenció en Derecho por la Universidad de Alicante, y de la misma forma que Gabriel Echávarri también comparte despacho de abogados con su mujer. Según su currículum en la página web del Ayuntamiento, Barcala completa su formación académica con tres másters (Comercio Exterior por la Universidad de Alicante, Asesoría Laboral de Empresas por Cerem-Madrid y Alta Especialización en Derecho Bancario). También, relata, es diplomado por la Escuela de Práctica Jurídica de Alicante. Profesionalmente, empezó a ejercer la abogacía en 1990, tres años después de afiliarse al Partido Popular. Durante años, además, trabajó como responsable legal del extinto banco Banesto. A la política activa accedió a finales de 2011, tras la renuncia al acta de José Joaquín Ripoll, aunque no logró competencias municipales hasta dos años después, cuando se puso al frente de las áreas de Sanidad, Consumo y Medioambiente, cuestiones menores frente a la responsabilidad que encara, desde ayer, al colocarse al mando del gobierno de Alicante en una legislatura marcada, desde el minuto uno, por el ruido que acompañó al tripartito hasta que se rompió por los serios problemas judiciales del socialista Echávarri. Esos frentes abiertos en los juzgados son, en buena parte, responsabilidad directa de Barcala, que decidió denunciar primero en Fiscalía y después en el juzgado el presunto fraccionamiento de contratos en la Concejalía de Comercio. Un paso que, a su vez, provocó el despido, luego revertido, de su cuñada, Catalina Rodríguez, que a la postre supuso la puntilla al mandato de Echávarri, quien anunció su dimisión en diferido hace ahora un mes tras conocerse el procesamiento por el cese de la trabajadora municipal. Entonces, tampoco había vuelta atrás en la apertura de juicio oral por las facturas de Comercio.

Cuatro miembros

En el ámbito familiar, Barcala, que estudió en el colegio Jesuitas, perdió de pequeño a su padre, piloto del Ejército, que falleció en un accidente aéreo. Su madre no estuvo ayer en el Salón de Plenos, donde sí se dejaron ver su mujer y sus dos hijas, Sagrario y Valle. Los cuatro se fundieron en un emotivo abrazo en cuanto fue elegido alcalde. Justo antes, Barcala y su mujer, que suele acompañarlo a actos públicos, se dieron un largo beso. Ambos, fumadores, viven en una vivienda situada en una céntrica avenida de Alicante, próxima al centro de operaciones, al menos hasta ahora, de Barcala durante las Hogueras. Y es que el nuevo alcalde es festero, desde la cuna, de la hoguera Alfonso El Sabio y forma parte de la barraca Els Chuanos desde hace más de dos décadas. El currículo festero del popular se completa con su buen «feeling» con los Moros y Cristianos y siendo un habitual en las procesiones de Semana Santa. Pero no sólo de las fiestas vive Barcala, quien se declara también ávido lector («no me puedo ir a dormir sin antes leer»), amante del deporte (aunque poco futbolero), de la fotografía y de la naturaleza, a donde acude siempre que puede, bien equipado, a caminar por el monte, incluso en ocasiones en compañía de compañeros del grupo municipal. Además, es un apasionado del dibujo y la pintura.

Hasta Rajoy

Barcala, que empezó el día de ayer con la esperanza de ser alcalde pero con la incertidumbre de un resultado igualado, logró el apoyo de los ocho concejales del PP, frente a los 14 que sumó la candidata socialista, Eva Montesinos. Sin embargo, al popular le bastó para acabar la mañana en posesión de la vara de mando y la medalla de oro de la ciudad, que recibió de manos de un emocionadísimo José Ramón González. Concluida la investidura, Barcala se dirigió presto hacia su rival en el objetivo de la Alcaldía para darle un abrazo. Ahí empezó con las felicitaciones (incluso de Mariano Rajoy le transmitió la suya vía Twitter), la atención a los medios y, rodeado de medio centenar de personas, con un arroz frente al mar, en el entorno de la Cantera.

Esta mañana, antes de acudir al funeral de Luisa Pastor, dará a conocer las competencias municipales, que prevé repartir todas entre sus compañeros de grupo, sin quedarse con ningún área. Todo apunta a que su «número dos» será Mari Ángeles Goitia, quien renunció a la candidatura popular en favor de su portavoz municipal y, desde ayer, alcalde de Alicante. Y es que esa lista popular en las municipales de 2015 iba encabezada por la hoy senadora Sánchez Zaplana y con Goitia, José Císcar (que dimitió al arrancar el mandato) y Barcala en los puestos de honor. Esa vara de mando que exhibió ayer el popular no sólo le convierte en la máxima autoridad municipal durante los próximos catorce meses, sino que además le deja vía libre para convertirse en el alcaldable del PP en las elecciones municipales de mayo de 2019.

Por lo pronto, mirando al presente, Barcala debutó ayer como alcalde en un acto solidario de Alinur, celebrado por la noche, y a primera hora de hoy prevé recibir en la planta noble del Ayuntamiento al delegado del Gobierno, el popular Juan Carlos Moragues. Luego se hará la fotografía de rigor, también en el Consistorio, con la presidenta regional del PP, Isabel Bonig, quien proclamó ayer que la «reconquista» del PP «empieza en el sur». Los populares, desde ahora, lideran un gobierno integrado por 8 de los 29 concejales del pleno, y con todos mirando ya a las urnas.

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