Desde la Universidad Miguel Hernández se aconseja que, para limitar el problema del ciberacoso, padres, madres y educadores estén atentos al comportamiento de los hijos en las redes. «Aunque existe cierto debate en cuanto a la intimidad del menor, nosotros recomendamos que cuando damos permiso por primera vez a nuestros hijos a participar en redes sociales sea con la condición de que nosotros seamos amigos de ellos en esa red», indica el psicólogo José Pedro Espada.
Así y todo, se matiza que no se puede evitar este problema únicamente con la supervisión, sino que debe complementarse con una cierta educación de los propios progenitores sobre el uso de las redes sociales, educar en el buen uso y, en definitiva, en el respeto a los demás.
El ciberacoso, a diferencia del acoso convencional, puede pasar desapercibido durante más tiempo y, por lo tanto, el niño está más expuesto, advierten los expertos. En este sentido, recuerdan que la víctima puede tardar más tiempo en solicitar ayuda o en contar a otros su problema. «Cuando se trata de un caso donde a un adolescente le chantajean con imágenes íntimas, él o ella se suelen sentir avergonzados y tienen miedo a ser juzgados. Además, por eso pueden aguantar más tiempo la situación. A nivel emocional la reacción mas habitual es la sintomatología ansiosa, depresiva y los problemas de autoestima. En casos graves se puede llegar al suicidio», indica el psicólogo.
