Cerca de 30 entidades conforman la Federación Nacional de Asociaciones de Antiguos Alumnos de Jesuitas, ¿por qué es importante que los antigos alumnos estén unidos en asociaciones de este tipo?
Siempre es importante poder reencontrarse con los antiguos compañeros. A lo mejor cuando acabas el colegio eres pequeño y no te das cuenta, pero con el tiempo apetece recuperar a esos amigos. Además, los antiguos alumnos somos clave para hacer de altavoz de la obra de la Compañía de Jesús por todo el mundo. También apoyamos las obras sociales de la compañía, en España representadas por dos ONG, que son Entreculturas y Alboan. Tratamos de ayudarles y les trasmitir a los antigos alumnos que la necesidad de que les apoyen.
Este fin de semana se reúnen en Alicante, ¿qué van a tratar en el XI congreso nacional?
Dentro de la Federación de Antiguos Alumnos de Jesuitas hacemos asambleas y reuniones y cada dos años un congreso en diferentes colegios de España. Este año toca en Alicante, donde está una de las asociaciones más activas de España. Cada congreso tiene una temática y la de este año es «Unidos por una misma identidad». Así, queremos hablar de aquello que nos une a las diferentes asociaciones de España y ver cuáles son los problemas del día a día, tanto a nivel de comunicación como de atraer a los antiguos alumnos jóvenes.
¿Qué distingue a la educación de los Jesuitas?
Aparte de lo que es el lema de San Ignacio, «todo amar y servir», hay una persona fundamental, que fue Pedro Arrupe, que hablaba de «educar a los hombres y mujeres para los demás». Así, se trata de una educación desde la excelencia académica, pero que no sólo se enfoca a ganar dinero, tener trabajo y formar una gran familia, sino también a compartir eso para ayudar a los más necesitados. Por otro lado, la educación de la Compañía de Jesús crea un espíritu crítico en las personas, sobre todo en comparación con otro tipo de educación religiosa. Nos dota de un espíritu creativo por el que se pretende que las ideas no sean cerradas, sino que haya una tolerancia hacia el diferente, y que nosotros mismos seamos diferentes. Que haya un espíritu crítico que además busque justicia, paz y que lo que hayamos aprendido sirva para ayudar a los demás, especialmente a los más necesitados. Es una educación que te ayuda a ver la vida de manera más abierta.
¿Ha golpeado mucho el problema de la emigración a los antiguos alumnos de Jesuitas?
Sí, como a todos en general. Primero a través de una emigración interior, ya que hay una enorme centralización en Madrid y Barcelona y en menor medida en ciudades más pequeñas como Bilbao o Sevilla. Y luego por supuesto al extranjero, hacia donde se ha ido muchísima gente. En este tema hay una parte de necesidad y otra de moda. Parece que el que no va a estudiar fuera no es nadie, cuando tenemos universidades muy buenas para desarrollar las capacidades profesionales.
¿Por qué cree que España siempre pincha en los rankings educativos?
Ojalá lo supiera. Pero creo que a veces somos excesivamente autocríticos y habría que poner esos rankings en barbecho y ver quién acude a ellos. Precisamente, una de las características de la Compañía de Jesús es la modestia, no queremos aparecer como los más grandes.
Los idiomas sí que es algo en lo que objetivamente pinchamos.
Sí, los idiomas son esenciales. Hay una parte positiva, y es que tenemos un gran idioma hablado por millones de personas en el mundo. Pero cualquier chaval que salga de la Universidad tendría que hablar inglés perfectamente, porque hoy en día hay una gran movilidad profesional. Es un problema social y cultural ante todo. Estamos acostumbrados a que en España todo sea doblado.
