¿Qué le parecen las medidas anunciadas por la Concejalía de Seguridad y la Subdelegación del Gobierno para poner coto al botellón en Santa Faz? ¿Cree que se impedirá su celebración?

Si las medidas se llevan a cabo tal y como se han anunciado sí. Si no hay accesibilidad el problema será menor y por fin se hará cumplir la ley para que los menores no consuman alcohol. Falta que se insista en los medios de comunicación estos días para que los jóvenes sepan lo que hay y no se repita la procesión de carros de otros años, que era escandaloso. Son medidas que se tenían que haber tomado hace tiempo.

¿Entonces cree que la clave está en impedir que los jóvenes puedan acceder con los carros a la playa?

La clave es lo que no se ha hecho en mucho tiempo. No se puede esperar que de un día para otro salga todo bordado. Porque llevamos años sin que se haga prevención de ningún tipo. Si se baja la guardia tantos años, la gente identifica la fiesta con el beber. El objetivo ahora mismo es que el jueves salga todo bien. Es un paso adelante. Pero se debería estar haciendo prevención durante todo el año. Recuperar en ese sentido el espíritu que había hace años.

¿Cuándo se perdió ese espíritu de la prevención?

Hace muchos años, cuando empieza a no ser novedad. Es lo que pasa en política, cuando algo ya no vende pasas a otra cosa. Se pierde cuando todos los ayuntamientos bajan la guardia, cuando se hace un botellódromo en el puerto, cuando se fuerza a la policía a ser testigo sin hacer nada, a cumplir faltas administrativas.... Hay que seguir con prevención en serio y si los fines de semana se ve a alguien que vende alcohol a menores, que se le cierre el chiringuito. Es una labor de la policía y el resto de instituciones y no solo la concejalía sino de todos, cada uno en lo que le corresponde.

¿Las instituciones en este terreno son cortoplacistas?

Es cortoplacismo puro y duro. Pero lo de este año puede ser el inicio para retomar el tema de la prevención. Pero hay que ir por elevación y quien falla por encima de todos es la Conselleria de Sanidad, que es la competente en materia de drogas, porque esto puede pasar en cualquier ciudad. No son los padres y vecinos, es la Generalitat la que está para eso y es la que nunca se moja.

¿Cómo lograr que los jóvenes desvinculen la diversión del alcohol?

Trabajando, que es lo que no hacen ni unos ni otros. Lo importante es que haya medidas preventivas que no solo son de un año. Si los chicos ven que pueden beber lo que les da la gana donde quieren, les trasmite sensación de normalidad. Ellos no son los malos. Debemos preguntarnos por qué en Santa Faz pasa esto, cuando hace unos años no ocurría. Es porque antes en Alicante se trabajaba más en prevención. Hay que ofrecer todo el año un ocio saludable a los jóvenes y transmitir siempre un mensajes de educación para la salud. Un trabajo que también se debe hacer con los padres.

¿Por qué no conviene que los jóvenes beban antes de los 21 años?

Hasta los 21 no se acaba de formar el lóbulo frontal, que es el que regula los impulsos y es lo que nos diferencia de los animales. Es un tema de defensa de la salud de los menores. El daño que cause el alcohol no se va a recuperar luego y el responsable es el que tiene competencias por velar por la salud de los valencianos, que es Sanidad. Lamentablemente el tema de las adicciones no está en boga. Un ejemplo es que cuando se ha hablado últimamente de este tema es por el libro «Fariña».