Los vecinos del barrio de San Blas ven con impotencia el peligro que entraña una rotonda que por su diseño complica la circulación más que aliviarla. Se trata de la infraestructura viaria ubicada entre las intersecciones de las calles Recaredo de los Ríos, Radiofonista Raúl Álvarez Antón y la calle La Asunción. No se trata de una gran rotonda, pero el escaso espacio entre la isleta central y las aceras de las calles dificulta en gran medida los giros de los vehículos grandes. De hecho, los conductores del autobús de la línea 12 lo tienen difícil para pasar cada día por allí y pese a su pericia se ven obligados a invadir parte de la acera de la calle Raúl Álvarez Antón cada vez que toman la rotonda.

Se da la circunstancia de que precisamente en esta calle se encuentra el colegio concertado de las Franciscanas, lo que implica un peligro añadido para los escolares y sus familias cuando transitan por la acera.

Los vecinos han denunciado los riesgos de esta rotonda en el Ayuntamiento pidiendo una solución.

La concejalía de Movilidad, Accesibilidad y Seguridad, que dirige el socialista Fernando Marcos, es consciente de la situación al afectar a la ruta del autobús de línea número 12 que realiza su recorrido entre la plaza de los Luceros y la plaza Juan Pablo II y pasa a diario varias veces por esta parte de San Blas. Marcos aseguró que «los técnicos municipales están estudiando la solución para poder mejorar la circulación de los vehículos largos que transitan en este punto, así como los autobuses del transporte público».

Una de las soluciones pasaría, según indica el concejal, por «reducir la dimensión física de la isleta central para facilitar el giro y que no se invada la acera ni se suban a la zona central».

«Estamos estudiando ya por tanto con los técnicos las propuestas y los giros del autobús en este punto y se dará una solución», aseguró el responsable de Movilidad y Seguridad.

La rotonda es de pequeñas dimensiones y en su parte central sólo hay césped sin ningún elemento ornamental. Las motos y los pequeños turismos quizá no aprecien los riesgos que presenta, pero los autobuses, camiones y todoterrenos o turismos grandes deben entrar a velocidad reducida y girar con cuidado para no salirse de la calzada y meterse en la acera. En el caso de los autobuses de línea la rueda no pisa la acera al realizar el giro pero sí la invade con la carrocería en la parte que va desde el frontal hasta el neumático.

La concejalía aún no ha dado plazos pero sí se ha comprometido a solucionar los problemas ocasionados a la circulación.