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Fina Marimón cumple 100 años sin tomar un solo medicamento

«Lo que Dios quiera, eso espero, con el cariño y el amor de mi familia estoy divinamente», asegura esta centenaria

Fina Marimón, en la celebración de su cumpleaños, rodeada de su familia. INFORMACIÓN

Fina Marimón Álamo nació en Alicante el 19 de marzo de 1918, por lo que se acaba de unir al «club de los centenarios» que va en aumento y que roza ya las 300 personas en la provincia. Fina se encuentra perfectamente y su única hija, María José Sánchez, no recuerda haberla visto enferma en su vida, salvo cuando ya con 80 años tuvo que pasar por el quirófano para que le quitaran la vesícula. «Ni siquiera ahora toma una pastilla para el colesterol ni para la tensión», asegura. «Sólo toma juanolas, que le encantan», añade su hija María José, que logró convencer a su madre hace diez años para que se fuera a vivir con ella.

«Antes sólo se venía a casa los fines de semana pero cuando cumplió los 90 me daba miedo que estuviera sola, aunque estaba perfecta, y se vino con nosotros», explica. Estaba tan bien que hasta esa edad continuó trabajando en su taller de costura de la calle Bailén y lo hacía sin siquiera utilizar gafas.

Su hija cree que ser una persona tan activa es lo que la ha mantenido en estas condiciones. Fina se quedó viuda muy joven, cuando su hija tenía 4 años. «La pensión que le quedaba de mi padre era ridícula y se puso a trabajar para sacarnos adelante. Por aquel entonces vivía con nosotras mi abuela, que también vivió hasta muy mayor para la época, hasta los 94 años», señala María José.

Además, Fina era prima de los dueños de la conocida papelería Marimón, a los que estaba muy unida y fueron ellos quienes la animaron a montar una tienda de ropa, ya que se le daba muy bien la confección y se había sacado incluso el título en la Escuela Martí. Así, en los años 50 abrió en la Rambla Bebelín, de ropa de niños. Llegó a tener dos dependientas atendiendo y otras dos cosiendo con ella. Al cabo de los años decidió vender el negocio y montó el citado taller de costura.

Al preguntarle a Fina si esperaba convertirse en centenaria contesta que en realidad no, pero «yo creo en Dios y lo que Dios quiera, eso espero. Con el cariño y el amor de mi familia estoy divinamente».

Su única hija le ha dado dos nietos a los que adora, Javier, de 34 años y que vive con sus padres y su abuela, y Paula, de 31 años, ya casada. También habla maravillas de su yerno, Francisco Javier Galdón. «Mi familia es un sol», afirma.

Fina Marimón ahora ya sale poco de casa a pasear y comprar como antes, pero sí se animó a celebrar sus 100 años con una pequeña fiesta rodeada de su familia. «Es completamente autónoma, pero es verdad que la edad se nota y me da miedo que se caiga sola por la calle. Ahora ve más la tele», indica su hija.

«Mi madre ha sido muy trabajadora y también muy sociable, le encantaba ir a trabajar y salir a la calle. Ha tirado para adelante y me ha dado muy buena educación», resume María José, profesora de ballet y de gimnasia, quien confiesa que pese a todo ella no tiene «ni idea de coser».

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