"La hostelería era su vida, disfrutaba con lo que hacía y con la gente", recuerda su hijo Juan. Pocas personas no conocen la Cervecería Juanito, todo un emblema alicantino situada en el barrio de Benalúa. En la barra Juanito sabía cómo conquistar los estómagos de su larga lista de comensales. Se retiró el año pasado, tras casi 50 años de historia, aniversario que hubiera cumplido en este 2018 y que desgraciadamente no podrá celebrar. Juan Sala Lorenzo ha muerto este jueves a los 79 años de edad rodeado de su familia, sus cinco hijos y ocho nietos, que tanto han aprendido de él.

Su hijo Juan recuerda los inicios de su padre, cuando se trasladó desde Almoradí, su tierra natal, a Alicante para trabajar en el Jumillano. El dueño de otro mítico bar alicantino, El Merengue, fue quien le recomendó, y no se equivocó.

La Cervecería Juanito ha marcado una época. Famosa por sus merlucitas, las manitas, el buen jamón, sus montaditos y su marisco siempre fresco.

"Al bar de mi padre venía gente de todo Alicante, incluso se trasladaban aquí de otros puntos de la provincia sólo para tapear con nosotros", recuerda Juan. "Mi padre sabía hacer clientela, siempre tenía un gesto con los comensales, les invitaba a algún plato, les daba a probar algo, sabía de marketing sin haber ido a la universidad", añade su hijo.

Por la Cervecería Juanito han pasado alicantinos de todas las generaciones. Era de esos bares, por suerte todavía quedan algunos en la ciudad, que sobreviven con éxito al boom de las franquicias. El hijo de Juanito recuerda los años en los que antes de abrir ya tenían cola en la puerta. Esto era posible gracias al trabajo de Juanito, que siempre tenía en su cocina los mejores productos para servir en modestos platos y en un local de 80 metros con pocos lujos, pero con mucha solera.

Su hijo Juan lamenta con tristeza que ha sido una "enorme pérdida". "Se hacía de querer", explica.

La capilla se ha instalado en el tanatorio de la Siempreviva (sala 8) de Alicante y hoy se celebrará el sepelio a las 16 horas.