El hombre de 41 años detenido en Alicante por matar a la hija de una vecina por las molestias que le causaban los ruidos tuvo que ser tranquilizado el jueves por la mañana en un centro hospitalario tras autolesionarse en los calabozos de la Comisaría Provincial y exigir que le suministraran metadona y otros fármacos.

El acusado, que debe padecer algún trastorno mental que tratan de aclarar los investigadores, se dio un cabezazo en el calabozo donde estaba recluido y tuvo que ser evacuado en ambulancia a Urgencias, donde le curaron una brecha que se hizo en la frente.

Una vez curado fue trasladado nuevamente hasta la Comisaría Provincial, donde también se encontraba recluido su padre, de 75 años y arrestado el día del crimen por proferir amenazas a la madre de la víctima.

Ni el presunto homicida ni su padre dieron explicación alguna sobre lo ocurrido ante los agentes del Grupo de Delincuencia Violenta de la Brigada Provincial de Policía Judicial. Ambos se acogieron a su derecho a no declarar y presumiblemente iban a hacerlo tras pasar este viernes a disposición del juzgado de guardia de Alicante.

Al margen de las rencillas vecinales por los ruidos, que se barajan como uno de los desencadenantes de la inexplicable agresión a cuchilladas de Raúl M. a África Elena Moreno, de 58 años, la investigación trata de aclarar si el detenido pudo sufrir algún tipo de brote, ya que atacó a la mujer sin mediar palabra cuando salía del ascensor con su madre, que ese día cumplía los 92 años. El propio padre ya había advertido a vecinos del inmueble que su hijo tenía «un problema y se alteraba de los nervios por los ruidos». Asimismo, al parecer el presunto homicida ha estado siendo tratado por una psiquiatra en la Unidad de Conductas Adictivas.

Ya había atacado a otro vecino

En su historial de antecedentes policiales consta uno de agosto de 2008, fecha en la que Raúl y su padre fueron detenidos por otro apuñalamiento durante un incidente vecinal por una plaza de aparcamiento en la misma urbanización, situada en la avenida Doctor Jiménez Díaz. Según los datos recabados por la Policía en dicha intervención, uno de los vecinos mantuvo una fuerte discusión con Raúl -que portaba un cuchillo de grandes dimensiones- y su padre por un problema con una plaza de aparcamiento en la urbanización.

A causa de esta disputa, el vecino rajó una rueda del coche del progenitor del presunto homicida y se partió por la mitad la hoja del cuchillo. El padre recogió el cuchillo del suelo y, mientras su hijo le sujetaba por detrás para inmovilizarle y que no pudiera defenderse, le apuñaló en el cuello, según la primera investigación policial en el lugar de los hechos.

La víctima de esta agresión ocurrida hace una década no se sorprendió el pasado miércoles cuando conoció por este diario el brutal ataque sufrido por África. Este vecino indicó que le pusieron ocho puntos de sutura en la herida sufrida debajo de la barbilla y que llegó a celebrarse juicio, aunque hubo un acuerdo de conformidad por el que él fue indemnizado y el agresor no ingresó en prisión con la condición de no volver a delinquir en dos años.

Más recientemente, el presunto homicida también fue denunciado por darle un cabezazo al marido de la mujer asesinada. El agredido estaba con otro vecino hablando tranquilamente en el aparcamiento exterior y Raúl bajó y le dio un cabezazo porque decía «que estábamos hablando mal de él», indicó el vecino que estaba con el marido de África. Por estos hechos fue juzgado y condenado a realizar trabajos en beneficio de la comunidad, además de tener que pagar 200 euros al agredido, según una vecina.