La Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo del Mar, Nuestra Señora de los Dolores Coronada y San Juan de la Palma está ya en la calle con sus pasos principales tras salir de la Basílica de Santa María ante centenares de personas en una procesión que se convierte en uno de los últimos actos de su centenario. El 8 de octubre, el obispo Jesús Murgui coronó canónicamente a la Virgen de los Dolores, que ha recibido gritos de "guapa, guapa" de los asistentes en el giro del trono por la calle San Pascual a Labradores en un ambiente de incienso, de respeto y a la vez de alegría entre quienes en las terrazas celebraban los dos primeros goles de España frente a Argentina. El esfuerzo de los costaleros siguiendo las indicaciones del capataz, Fernando Candela, presidente además del Colegio de Abogados, ha sido acogido con aplausos mientras se mecían las palomas del famoso manto que luce la Virgen, obra de Tomás Valcárcel.

Como siempre, lo más aplaudido ha sido la aparición del Cristo con su red y sus ciriales rojos, así como su monte de flores del mismo color, y después la salida de la Dolorosa, con los costaleros arrodillados para poder salvar la cancela de la Basílica de Santa María.

En 1917, el padre jesuita Rafael Esplá fundó en el convento del Carmen la Cofradía de la Virgen Dolorosa en el seno de la Congregación Mariana. Su primera imagen, con la que procesionó por primera vez el Viernes Santo de 1918, era de Salzillo, pero un incendio en el convento del Carmen en 1931 acabó con esta valiosa talla.

A partir de 1940, la hermandad se asienta en Santa María y se reorganiza en torno a tres imágenes: el Cristo del Mar y San Juan Evangelista, que llegan a Alicante en 1943 desde el taller del sevillano Antonio Castillo Lastrucci, y una talla napolitana anónima del finales del siglo XVI, que fue convertida en Nuestra Señora de los Dolores, recién coronada. Este Semana Santa, por tanto, la Dolorosa volverá a lucir su corona después de procesionar el año pasado con una tiara de flores. Con ella va la imagen de San Juan de la Palma, de Amtonio Castillo Lastrucci, del año 42. Ambos tronos desfilan por el Casco Antiguo en dirección a la Carrera Oficial con las marchas procesionales de la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús y Nuestra Señora de la Amargura de Callosa, y con la Filarmónica, también de Callosa.

La imagen acaba de estrenar 12 varales de plata del paso de palio, elaborados por Samuel Díaz (Orfebrería Villena), regalados por familias y costaleros. Asimismo se estrena el "bacalao" de la hermandad matriz, diseñado y bordado por el sevillano Álvaro Abril Vela, un nuevo estandarte que engloba los escudos de toda la corporación, es decir, de la Virgen de los Dolores y San Juan de la Palma, la Verónica y la Oración en el Huerto, además del emblema de la Basílica de Santa María.

Otra de las novedades este año fue la bendición, el Viernes de Dolores, al finalizar el Via Crucis con el Cristo del Mar, del azulejo conmemorativo del centenario, colocado en la Plaza de Santa María, creado por el ceramista sevillano Carmelo del Toro.

El itinerario de esta procesión es de 1,58 kilómetros, con una duración aproximada de 5 horas, y entre los participantes siempre acude la Bellea del Foc, este año Sofía Escoda, así como numerosas de sus antecesoras como representantes de las Hogueras, vestidas de dama de mantilla.

Del recorrido destaca la doble revirá en Monjas-San Agustín y Montengón, en las que los costaleros tienen que emplearse con mucha precisión, y el regreso de los pasos por la calle Villavieja en una cangrejà (23.55 horas aproximadamente) al estilo sevillano siguiendo el acorde de La Habanera de los Dolores, con los costaleros de espaldas. Los dos tronos celebran un Encuentro al finalizar antes de entrar a la Basílica en medio de un impresionante silencio. Este año será sobre las 00:15 horas.