De la luz de Jesús Triunfante a las primeras imágenes del calvario. Y de la alegría de la mañana a las ligeras gotas de lluvia que cayeron a las tres hermandades que procesionaron por la tarde de ayer y finalizaron su estación de penitencia cerca de las once de la noche en la concatedral de San Nicolás.

La primera en comenzar su desfile procesional fue la Cofradía de San Pedro Apóstol. Al cruzar los portales de la Basílica de Santa María cumplió el vigésimo aniversario de su refundación, desde que un grupo de hermanos de la Cofradía de la Soledad se hiciera cargo de esta histórica entidad.

La procesión de San Pedro Apóstol contó en su presidencia con la vicealcaldesa, Eva Montesinos, que ha acudió a su primera procesión de Semana Santa desde que el Viernes de Dolores recayeran en ella todas las competencias del alcalde, Gabriel Echávarri. El trono de San Pedro estuvo custodiado por la Escolta de Gala de la Policía Local.

Con menos novedades celebró la Hermandad de Jesús Atado a la Columna en su Santa Flagelación el 140 años de su primera fundación, los 30 años de la refundación en San Blas y los 20 años de la primera salida del paso del Encuentro. La merma de costaleros hizo que uno de sus tres pasos, el de Nuestra Señora de la Corona de Espinas tuviera que procesionar a ruedas. Eso no impidió realizar sus encuentros en San Blas y en San Nicolás.

Y por último, el Cristo del Hallazgo y la Virgen Dolorosa, la cofradía asentada en Villafranqueza, partió del Convento de las Hermanas Capuchinas con su valiosa imagen del siglo XVI, la escuela castellana, portada en parihuelas.