El Domingo de Ramos amaneció frío y con amenaza de lluvia, pero a medida que avanzaba la mañana, comenzó a aparecer el sol que había sido remiso hasta la fecha en esta recién inaugurada primavera. A raíz de la entrada de Jesús Triunfante en la Carrera Oficial de la Rambla, la mañana de palmas y ramos alicantina se llenó de la luz habitual que tanto se agradece en un día como este.

Tras la bendición de las palmas a las puertas del Palacio de Diputación, la Hermandad de Jesús Triunfante abrió la primera procesión oficial de 2018, abierta a «toda la ciudad», a la que se sumaron cientos de vecinos y representantes de las entidades festeras de la ciudad, encabezadas por la Bellea del Foc Infantil, Martina Núñez. Al instante, se empezaron a escuchar marchas procesionales que te situan al instante en Domingo de Ramos como «Jerusalén» o «Callejuela de la O», interpretada por la Societat Musical L'Harmonia cuando pasaba «La Burrita» por la Plaza de los Luceros. Una hermandad que anhela que el próximo año esté restaurado el conjunto escultórico de José Seiquer, en el año que cumpla el 75 aniversario de su primera salida en1945.

Maniobra complicada

Una de las novedades de la jornada fue el estreno del acceso a la Explanada desde la Rambla. La rampa habilitada por el Ayuntamiento de Alicante para esquivar la escultura «La Mariposa» permitió, primero a Jesús Triunfante, después a Jesús en Samaria, la Oración en el Huerto y la Virgen de la Paz, y por último a la Hermandad del Cristo de las Penas y la Santa Mujer Verónica caminar entre las palmeras del paseo emblemático de la ciudad como lo han hecho tantos años. La maniobra consistió en una doble curva y un paso estrecho entre dos palmeras.

La estrecha colaboración establecida entre la Hermandad de Jesús en Samaria con el Colegio Inmaculada Jesuitas Hermandad de Jesús en Samariadio ayer un paso más, con la participación de más de 400 estudiantes, antiguos alumnos y profesores del centro educativa.

Y para cerrar la mañana, dos imágenes de Antonio Castillo Lastrucci: el Cristo de las Penas, portado a costal, y la Santa Mujer Verónica, con el manto heráldico de Tomás Valcárcel, que recibió el cariño de alicantinos y turistas mientras se oía por la Explanada la melodía de «Caridad del Guadalquivir».