La previsión de buen tiempo, el hartazgo que hay en el centro y norte de España tras el durísimo invierno que se ha colado, incluso en la primera semana de la primavera, los desperfectos en el litoral andaluz por los últimos temporales y el goteo, leve, pero goteo, de visitantes españoles que han tachado la Costa Brava del calendario de vacaciones no han podido evitar, en el inicio de la Semana Santa -los madrileños, principal mercado español, comenzaron a llegar ayer- que la Costa Blanca arranque el primer gran «puente» vacacional del año con plazas libres. El motivo no es otro que la presión del alojamiento clandestino (200.000 plazas) que pueden lastrar la ocupación hotelera por su impacto en el turismo español, clave en Pascua.

Con todo, Renfe ha duplicado la composición de 70 trenes con origen/destino Alicante desde Madrid y Cataluña. La compañía oferta 65.000 plazas de AVE hasta el próximo 2 de abril y Tráfico prevé una operación salida con un millón de movimiento de vehículos en las carreteras este fin de semana. Ayer, no todos los AVE que llegaron de Madrid lo hicieron al completo como venía sucediendo en los últimos años.

Donde el panorama está más claro es en Benidorm. Los hoteles lo tienen, incluso, más fácil debido a que solo les resta por completar un 20% de sus plazas, ya que el otro 80% está garantizado gracias al turismo extranjero (50% de la ocupación en invierno) y a los españoles que viajan durante todo el año, en especial los visitantes de la propia provincia y el resto de la Comunidad Valenciana.

No se espera, por otro lado, que la ampliación de la temporada de esquí pueda afectar a la ocupación. «Los españoles, mercado clave en Semana Santa, están con ganas de sol y playa tras un invierno muy duro y las plazas de las estaciones de esquí son las que son», subraya Nuria Montes, secretaria general de patronal hotelera Hosbec.

José María Caballé, presidente de Servigroup, la cadena hotelera con más plazas en la Comunidad Valenciana, tiene claro que «al final el puente de Semana Santa va a ser bueno como lo fue el año pasado, pero no me atrevo a anticipar que sea un test para calibrar cómo se va a comportar el verano. Lo cierto es que no hemos tenido un mal invierno y en las dos últimas semanas sí que se nota más movimiento en Benidorm y eso es bueno».

Para el hotelero benidormí, «mi impresión es que habrá un buen puente y, en este sentido, insisto en una cuestión que nos tiene que quedar clara a todos los hoteleros. No tenemos que pensar en el cien por cien de ocupación. Lo importante es la calidad y mantener los precios acorde con el producto que ofrecemos, aunque al final el hotel esté al 80%», subrayó el hotelero benidormí que, no obstante, advirtió ayer de que el hecho de que las estaciones de esquí continúen abiertas puede afectar a la ocupación de cierto turista de alto poder adquisitivo, lo que perjudicaría a los hoteles de cuatro y cinco estrellas. «La previsión del tiempo va a ser también clave», sentenció.

La ocupación en Benidorm para el periodo comprendido entre el Viernes Santo y el Lunes de Pascua está entre un 80/85%, esperando a la confirmación del pronóstico del tiempo para los días festivos. Si se confirman las perspectivas de buen tiempo, soleado y con temperaturas en torno a los 20 grados, la ocupación podría subir hasta el 90% y algunos hoteles podrían colgar el cartel de completo. Recordar que el año pasado la Semana Santa cayó entre el 13 y 17 de abril, dos semanas más tarde.

Este adelanto no ha sido tan bien recibido en otras zonas de la provincia. Así, en Alicante, la Asociación Provincial de Hoteles, mira al cielo porque «el hecho de que la Semana Santa se haya adelantado y el mal tiempo puede desanimar a los visitantes, aunque en las últimas hora el ritmo de reservas se ha animado», apuntó Isabel González, directora del Meliá y presidenta de la asociación, quien confía, no obstante, en que funcione la reserva de última hora.